Cuando “Catón” escuchó la oferta de El Norte para escribir en sus páginas editoriales que le hizo Ramón Alberto Garza, entonces alto directivo, pudo haberla rechazado, pero don Armando Fuentes Aguirre se hizo el desentendido y prolongó unos días su permanencia en El Porvenir.
“Me reuní con Ramón Alberto en el restaurante Lisboa de Monterrey que no se si todavía existe. Me dijo que El Norte me pagaba 20 veces más que El Porvenir por mis columnas, pero no acepté de inmediato”, recordó el escritor y columnista en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.
El evento fue organizado por ex empleados de El Porvenir con motivo del primer siglo que cumple el rotativo el 31 de enero del próximo año, donde “Catón” recordó su ingreso y salida de las páginas del entonces llamado Periódico de la Frontera.
“Yo entré ganando 400 pesos mensuales, y luego de 14 años seguía ganado los mismos 400 pesos”, dijo provocando la risa de los asistentes, entre ellos su amigo, catedrático y periodistas José Luis Esquivel, y el coordinador de la FCC, Francisco Valdez Rincón.
Pero su sueldo no motivó su salida de El Porvenir, aclaró, sino que estaba casado, tenía esposa y dos hijos que demandaban incrementar los ingresos familiares.
Ante la tentativa oferta de El Norte fue a rezar a una iglesia para no salir de El Porvenir pidiendo a don Rogelio Cantú Gómez, entonces director del diario, no aumentarle 20 veces más que percibía, sino solamente el doble de sueldo.
“Pero un día que vi a don Rogelio me respondió lo siguiente sobre mi petición de incremento salarial: ‘Ni modo licenciado, nos lo ganaron’”, refiriéndose a que no podía retenerlo. Transcurría el año 1977.
Sin embargo recordó que estando en El Porvenir publicando Mirador y De política y cosas peores, sus columnas fueron reproducidas en una veintena de diarios de provincia.
“El Porvenir era la catedral del periodismo en Monterrey y el más importante de la provincia mexicana, superior a él solo El Excélsior de la Ciudad de México”, dijo Fuentes Aguirre.
“Era la catedral del periodismo. En sus páginas editoriales publicaban Agustín Basave Fernández Del Valle, Pedro Reyes Velázquez y Jorge Villegas. Y claro, me interesaba escribir en El Porvenir”, rememoró. Era el Monterrey de 1963.
Dijo que cuando llegó a la Sultana del Norte a hablar con don Rogelio se trajo dos bolsas de pan de Saltillo y pensó: “Si no me contratan por mis columnas, lo harán por mis panes”.
Dijo que con el tiempo supo que tuvo un padrino en El Porvenir que le ayudó a convencer los directivos para pertenecer a la planta de columnistas: el maestro Silvino Jaramillo Osorio (QEPD), ex catedrático de la Facultad y formador de periodistas durante décadas.
Durante más de 40 minutos “Catón” honró con sus palabras a uno de los decanos de la prensa en México que llegará a 100 años de fundación, sintiéndose orgulloso de haber pasado una de sus mejores etapas como editorialista.