Y llegó con la emoción y el sentimiento que brinda la grata sensación de pertenencia a su tierra, que como él mismo dijo, le ha dado tantas satisfacciones. Baltazar Hinojosa Ochoa no podía ocultar la gratificante vivencia de estar cálidamente cobijado por el pueblo que lo vio nacer y crecer.
Las expresiones corporales dicen mucho de quien no es emocionalmente muy expresivo, al menos en los ámbitos de la política. A Baltazar se le veía satisfecho, bien vestido en su indumentaria con ropa de marca y bien arropado por su gente que le hacen buena compañía.
La cita con los empresarios matamorenses fue en el restaurante Garcías de la ciudad de Matamoros, a escasos metros del Puente Internacional, donde fue recibido precisamente, entre otros, por el célebre Don Emigdio García a quien Baltazar, en tono de cálida broma y afecto le abonó palabras que proyectan confianza y cercanía con el gremio empresarial de la localidad.
El ánimo de la audiencia era positivo en términos generales, al parecer Baltazar sí es profeta en su tierra, se le acepta, se le quiere y se le aprueba. El, sin recato alguno, cosecha lo que ha sembrado en los más de 30 años de servicio y de oficio político de los cuales, como él mismo dijo, 15 los ha dedicado al servicio en Tamaulipas.
Tomó la palabra y por medio de la misma tocó la inteligencia de su audiencia con información dura, precisa y concisa, transpirando la seguridad y la certeza que da la experiencia y el saberse en el mejor momento de su vida personal y política. Se proyectó como el diputado federal que es y que ha sido, pero tambien aterrizó en el ánimo de sus interlocutores el anhelo de su aspiración actual. La respuesta sin mesura de aprobación por parte de los empresarios fue un aplauso espontaneo general.
Proyectó seguridad vocación y democrática al instigar a su audiencia a escuchar no sólo a los miembros de su partido con quienes coincide en los mismos anhelos politicos, sino también a los de Acción Nacional. Este fragmento de su discurso describe nítidamente su músculo político y democrático, Baltazar no le teme a las comparaciones ni al debate, ni a la contienda, confía en el amplio bagaje de su trayectoria y busca por medio del razonamiento lógico, ganar las conciencias de sus posibles admiradores en Tamaulipas.
Después de su discurso, que parecía más bien un diálogo, Baltazar no tuvo la más mínima objeción de saludar y retratarse con cuantos invitados le pedían la tradicional foto del recuerdo, después de todo era un segmento muy importante de la sociedad que con su reacción le daba su Visto Bueno para cualquier eventualidad futura que se aproxime en el horizonte.
Creo, sin el más mínimo temor a equivocarme, que punto por punto y sustentado solamente en el valor de su biografía, la inmediata y la más lejana en el tiempo, el mejor hombre con el que cuenta Tamaulipas hoy en día se llama Baltazar Hinojosa Ochoa.
La historia nos da testimonio que en política muchas veces no se elige a la mejor opción, falta mucho camino por recorrer, los anhelos se pueden caer con un mal paso o con una mal querencia, así es la política. No es una apología al diputado Baltazar, es un diagnóstico sustentado en su trayectoria y su biografía. Los hechos están en el pretérito. Las decisiones están a la vuelta de la esquina, en un futuro que no termina de llegar pero que ya llegó.
El lunes pasado se suma de forma expresa a la lista de suspirantes el alcalde de Victoria Alejandro Etienne, el grupo Victoria busca en su persona repetir por tercera vez consecutiva la gubernatura del Estado. Una carrera que podíamos catalogar de 100 m, pues los tiempos ya están encima. Mucho trabajo tiene Manlio Fabio Beltrones para tomar las mejores decisiones.
El 5o Informe del DIF Tamaulipas fue con sabor a despedida. María Del Pilar González De Torre muy a su estilo informó de los logros en sus 5 años de labor en esta oficina de apoyo social y familiar.
Excelente trabajo y justo reconocimiento para su director Alejandro Ostos, quien de forma discreta agradeció la deferencia de la esposa del gobernador al mencionarlo de forma acentuada en su informe.
El detallazo de sencillez se lo llevó el gobernador Egidio Torre al final del evento cuando de forma súbita dejó de saludar a la gente y sin empacho decía: “Es que voy al baño”.
Los tiempos no esperan y no tienen misericordia.
El tiempo hablará.
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