La élite del servicio público mexicano siempre ha dado la impresión de que viven en las nubes o en un mundo antípoda, denotan que lo que acontece en territorio lo conocen sólo por reportes sobre el escritorio, por lo mismo adoptan medidas utópicas para desarrollarse en un mundo distópico.
El reciente criterio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es un botón de muestra: decretar como constitucional las revisiones corporales y vehiculares sin mandamiento judicial, siempre y cuando haya duda razonable para ello.
En el mundo real cualquiera sabe que es práctica cotidiana la revisión corporal o vehicular con fundamento en el reglamento de por mis huevos, y que ahora los ministros de la Suprema Corte salgan con ese criterio, equivale a considerar legal el “basculear” ciudadanos.
Aunque lo bueno es que los ministros se avisparon y por ello precisaron que una cosa es una revisión y otra un cateo domiciliario porque para ése sí -nomás eso faltaría-, es necesario contar con una orden judicial. Como quien dice, le dijeron a los agentes del orden público, fuera del domicilio: ¡son tuyos chiquito!.
Y por el cosmos político ha sido una de lamentos que ya tornaron aburrida la fase de intercampañas. Al señor López o a ya sabes quién lo tomaron de tiro al blanco por su frase para la posteridad.
“Si cometen fraude a ver quién amarra al tigre”, que en buen romance cualquiera entiende que si no gana va haber broncas, y vaya que le han atizado, pero no debe quejarse, él solito los provocó.
Mientras que Ricardo Anaya ya parece enfermo en fase terminal, ya nomás le falta decir que es objeto de acoso sexual. Ahora se quejó de un grupo de “fans” que lo recibió con abucheos en el aeropuerto en horas de la madrugada como si fuera parte de la selección futbolera que regresó derrotada.
Y tiene razón, él sólo anduvo de gira por Alemania en donde se tomó hasta una foto con Angela Merkel que por cierto su oficina de prensa no la mandó publicar, no se si porque allá no se ocupan de esas cosas o porque les pareció intrascendente la visita, pero de veras, ya aburren.
Yo pensé que Anaya les iba hablar en alemán a quienes fueron a recibirlo al aeropuerto, de haberlo hecho los hubiera destanteado y aparte demostrado que amen de su inglés cebollero también entiende el alemán aunque sea a señas, pero no, quería tomarles fotos a sus “fans” para luego denunciarlos. Que ya empiecen las campañas para que esto ya acabe, verdad de dios.
Y si ayer no tuvo “break” el Centro de Salud espera para un chequeo de rutina, pero con eso de que no es inconstitucional el que te basculen si hay “duda razonable”, lo mejor es irse despacito tanto en la beberecua como en la manejada, ahora que si son de los que ya picados no hay quien detenga, recurran al taxi tanto de ida como de regreso. Que tengan un buen día todos.