La violencia persiste por doquier, no es privativa de Tamaulipas porque es público y notorio que por otras entidades están igual o peor que nosotros, lo cual obvio no es paliativo para el ciudadano que siente estar inerme ante los embates de una delincuencia que barre parejo, cometiendo lo mismo delitos del fuero federal que del común, y en consecuencia ya obliga a crear un Código Penal único y así dejar sin excusas al Ministerio Público de ambos fueros.
Pero independientemente de que ya no debe operar la jurisdicción en tareas de investigación del delito, lo insólito es que ya van poco más de trece años de querer someter a los antisociales a punta de balazos y no se los acaban, pero tampoco los van a disuadir con consejos así provengan del presidente o de sus respectivas mamacitas o abuelitas, porque además habría que saber si a éstas les mortifica las andanzas de sus hijitos o nietecitos.
Sin embargo, los gobernantes no pueden bajar los brazos con todo y advertir aunque sin generalizar -lo que dijo Tomás Moro-, que los delincuentes no son malos combatientes y quienes los persiguen tímidos ladrones, circunstancia que obliga a intensificar las medidas de prevención como la educación moral y cívica pero sin descuidar la vigilancia por las calles, y sobre todo las tareas de investigación del delito que en ese rubro está muy insuficiente.
En síntesis, problema muy espinoso este de la inseguridad, pero ya inicia la semana con pronóstico de arribo de un frente frío, así que saque la ropa gruesa porque los resfríos y menos la gripe salen del cuerpo con tragos de mezcal, tampoco con pastillitas sino solamente a punta de pavorosas inyecciones, mínimo un par de arponazos para recuperar la salud y poder darle al diario vivir con toda la actitud.