El amor al dinero es un tema controversial del cual los artistas no se escapan, ya sea en sus obras o en su vida personal. Algunos nacieron en cuna de oro, pero aun así la mayoría de los artistas sufrió calamidades económicas antes de ser coronados y consagrados por sus obras.
Unos se mantuvieron y otros murieron en la miseria, sin embargo en la cima de su carrera gozaron de fama y fortuna gracias a la dedicación que le dieron a su trabajo.
La familia de la que provenía Andy Warhol era demasiado modesta, pero logró estudiar en la universidad gracias a una pequeña herencia que dejó su padre al morir. Recién egresado se dedicó al dibujo publicitario, pero decidió dejarlo y convertirse en un artista serio, así que cambió su aspecto con una peluca rubia, su manera de hablar y hasta su nombre.
Después de un viaje alrededor del mundo volvió a su estudio a pintar cuadros dorados, que fueron inspirados por un palacio real que conoció. Posteriormente plasmó un billete de uno y dos dólares, confesando abiertamente así su amor al dinero y después de eso pintó sus famosas latas de sopa.
Warhol fue un ícono del arte pop que rendía culto a imágenes de la cultura popular tomadas de los medios de comunicación, además atrajo el consumismo al mundo del arte y produjo en serie mediante la técnica de serigrafía, como se hace en una fábrica y de esta manera eliminó la unicidad a la obra de arte.
En sus declaraciones siempre fue honesto, al manifestar: “El arte comercial es mucho mejor que el arte por el arte”, además expresó su visión del comercio artístico: “He decidido algo: comerciar cosas realmente fétidas. Enseguida se convertirían en éxito en un mercado masivo que realmente apesta”.
“El dinero es una gloria”, manifestó Eugenio Salvador Dalí que se enorgullecía de que sus obras cada día fueran más caras, de su renombre en el mundo y citaba frases que lo referían de personajes distinguidos; todo lo utilizaba para su publicidad, hacer crecer su imagen y así también su fortuna.
“Mi amor es mi esposa Gala, que todo el mundo sabe que es el ser que ha influido más en mi vida, la inspiradora de mis grandes obras, pero inmediatamente después es el dinero”; además a Dalí le gustaba acumularlo, pues aseguró: “Cuando más dinero gano, más avaro me vuelvo. Lo guardo, naturalmente en las bancas. Soy místico y los místicos en la edad media decían que toda la materia podía transmutarse en oro”.
Incluso fue su religión: “A Dios no lo conozco porque nunca me lo han presentado más que de una orden simbólica y lo único que me falta es la fe,que es irracional; en cambio el dinero es puramente racional, místico pero práctico, porque sabe que el dinero sirve para muchas cosas”.
Julio Verne, por ser hijo de un simple procurador, fue rechazado por la familia de su primer amor, su prima Caroline, a quien casaron con un hombre mayor de negocios y buena posición económica, lo cual era costumbre en Nantes, Francia, el pueblo de comerciantes donde habitaba Verne.
Decepcionado persiguió al dinero, hasta alcanzarlo, pero bajo sus propios dones: sus creaciones literarias.
Cuando Julio Verne se casa por fin con una joven viuda que ya tenía dos hijas, entró a la Bolsa de Valores de Francia para poder solventar a su familia. Después de su primer y único hijo alternó como abogado, dejando a un lado su trabajo de escritor. Poco después logró su primera novela que le dio la posición que tanto buscó y renunció así a su empleo en la banca.
Rembrandt, uno de los maestros más importantes de la corriente pictórica del Barroco, aunque provenía de una familia acomodada se casó con una joven de una familia de patricios para poder lograr entrar en la clase alta.
Esto lo hizo poco después que logró notoriedad por su trabajo en el cuadro La lección de Anatomía del Dr. Tulp, en donde se puede ver cómo los cirujanos diseccionan un cuerpo.
El escritor irlandés Oscar Wilde fue hijo de un médico reconocido y condecorado en la nobleza inglesa, sin embargo debido a un juicio que le hizo una de sus amantes acusándolo de violación perdió todo privilegio del que algún día gozó su familia.
Años más tarde Oscar con su inteligencia repuntó bajo su propio nombre logrando riquezas y reconocimientos, algo que siempre buscó; vestía para ello y elegía compañía de personas distinguidas con títulos nobiliarios, pero de manera irónica al igual que su padre también por un juicio de malas costumbres según su época, en éste caso por homosexualidad, perdió todo y murió en la miseria en un hotel barato declarando: “Como el querido San Francisco de Asís, estoy casado con la pobreza, pero en mi caso el matrimonio no es un éxito”.
El poeta noruego Arne Garborg se inspiró para darnos una lección moral por el amor al dinero que le tienen las personas, pues escribió: “Puedes comprar comida, pero no el apetito; puedes comprar medicinas, pero no la salud; camas cómodas, pero no el sueño; libros, pero no la inteligencia; diversión, pero no el placer; conocidos, pero no la verdadera amistad; sirvientes, pero no la fidelidad, puedes comprar días tranquilos, pero no puedes comprar la paz”.