Por el bien de Nuevo León en los próximos tres años que restan de su mandato, qué bueno que Jaime Rodríguez Calderón asistió a la reunión de los 32 gobernadores con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.
Ante rumores de que se ausentaría por segunda ocasión, “El Bronco” se apersonó en la Ciudad de México dando prioridad en su agenda y empezar los contactos con quien será mandatario del país a partir del 1 de diciembre próximo.
Atrás debe quedar la ríspida confrontación cuando el gobernador de Nuevo León fue candidato independiente a la presidencia de México, y AMLO fue el objetivo principal de sus críticas en un intento de bajarle simpatías y hacerlo perder.
Bien porque ninguno de sus asesores más cercanos le hablaron al oído esta vez para sugerirle que volviera a desairar a López Obrador pues, ciertamente, hubiera sido un error básico en política.
Está bien que “El Bronco” todavía no digiere que Yudtih Díaz será la coordinadora en Nuevo León, o “superdelegada”, como se le viene diciendo para fastidiar a los gobernadores.
Nuevo León necesita infraestructura para almacenar agua ante la crisis actual; Nuevo León requiere la compra de los vagones para la Línea 3 del Metro; Nuevo León debe garantizar la seguridad de los habitantes ante el resurgimiento de la violencia; Nuevo León, como segundo o tercer Estado del país en importancia, necesita puentes no obstáculos con la Federación.
Qué bueno que “El Bronco” asistió a la reunión de la CONAGO porque, de lo contrario, el futuro para Nuevo León iba a ser muy complicado.
Todo parece que el amor, en el buen sentido político que pregona AMLO, ya empezó entre los dos.