Más de siete mil expedientes abiertos ante la Procuraduría estatal por desaparición de personas desde niños hasta adultos, sin importar género: La tercera parte de las desapariciones en México según datos oficiales se están realizando en Tamaulipas porque en este 2018 siguen esfumándose seres humanos sin que nadie dé cuenta de dónde están.
Aquí surgió uno de los grupos criminales más sanguinarios de que se tenga memoria no sólo en México, sino a nivel mundial, el grado de violencia ejercida contra la población indefensa pudiera equipararse a las acciones que ejerce el ISIS contra sus objetivos en su guerra religiosa fundamentalista. Con videos subidos a la red para mostrar en toda su crudeza la barbarie y meterle miedo a la gente.
Aquí, en Tamaulipas estamos en guerra, entre grupos delictivos, de éstos contra las autoridades y éstas contra ellos tratando de contener su amplia diversidad de crímenes contra la población inerme, que observa la descomposición exponencial de su ambiente otrora tranquilo y pacífico.
Aquí los productores, los empresarios, los comerciantes, tienen que pagar cuotas a los criminales, una y otra, y otra vez, la economía está desfallecida.
Aquí la variedad de crímenes que se cometen contra la población civil va desde el robo a negocios y casas habitación, asesinatos cometidos impunemente, la desaparición y el secuestro pasando por la extorsión, el cobro de piso, la trata de personas, el abuso y asesinato de migrantes, el reclutamiento de menores y jóvenes por parte de los grupos delictivos, y la continúa amenaza de violencia que impide salir por las noches o viajar tranquilo por sus carreteras.
Aquí no ha habido día desde hace más de una década, en que no haya una persona asesinada relacionada o no con la operación de los grupos delictivos. Las cruces diseminadas por calles avenidas y carreteras son muestra de ello.
Aquí los daños colaterales, (término macabro usado premonitoriamente por Felipe Calderón) que provoca la guerra contra el crimen organizado tiene secuelas que afectan a toda la población en su salud tanto física como mental, en su economía y en la muerte de personas inocentes, de todas edades, el número es incontable, ya los Ministerios Públicos ni siquiera informan cómo vamos en el violentómetro donde llevaban cuenta de las personas asesinadas y que diversos medios de comunicación difundían puntualmente al inicio, hace más de una década, de esta guerra.
Aquí la procuraduría estatal hubo de pedirle en el 2017 a la procuraduría federal que se llevara los últimos restos de migrantes asesinados en San Fernando porque ya no cabían los cuerpos en el depósito forense.
Aquí se está construyendo en Miguel Alemán un panteón para llevar todos los restos que se van encontrando por el camino familiares y autoridades que escarban la tierra del norte del estado en la búsqueda de respuestas a las miles de desapariciones.
Aquí hay una promesa incumplida de las autoridades estatales de establecer un banco de muestras de ADN de quienes andan penando de dependencia en dependencia tratando de resolver la desaparición de sus familiares para contrastarlos con los miles de restos humanos diseminados por el territorio y de los cuales no hay un registro puntual.
Aquí los panteones municipales de todo el estado se han ido llenando con fosas comunes de aquellos seres que alguna vez tuvieron vida, pero que ahora ni nombre alcanzan, forman parte de las heridas permanentes que crecen inconteniblemente en esta tierra norestense.
Aquí el DIF estatal tiene contabilizados 2 mil huérfanos, más los que se acumulen, víctimas directas, daños colaterales diría irresponsablemente Calderón, de esta guerra fraticida.
Aquí vemos a los colectivos de víctimas de desapariciones peregrinar, hacer marchas y protestas a las que nadie fuera de ellos se suma, exigiendo justicia.
La misma que hacen el lunes 5 de agosto para demandar a AMLO que cumpla su promesa y le preste atención a Tamaulipas, que no le saque la vuelta y que aquí se celebre uno de los foros donde se hablará de este fenómeno.
Olga Sánchez Cordero y Alfonso Durazo, son los responsables, esperemos que actúen en consecuencia.
Correo electrónico: derrotero@hotmail.com