En mi opinión, si bien el PRI tiene a los peores políticos, también cuenta con los mejores.
Los buenos saben de ideas, de recursos legales y los malos de ganar a como dé lugar, que cuando conjugan esfuerzos ganan, como lo demostraron en las elecciones del Edomex y de Coahuila, pero el PRI también sabe que la mala fama de buena parte de sus políticos profesionales los tiene en el tercer lugar de las preferencias electorales y no siempre se podrá ganar “haiga sido como haiga sido”.
Por ello es que abrirán sus puertas para que extraños a dicho partido puedan ser postulados como candidatos a cualquier cargo de elección popular, lo cual será un mero trámite aprobarlo en la convención nacional que se efectuará este sábado, con lo que de paso, todo indica que se cumplirá el vaticinio de López Obrador quien recientemente destapó a Antonio Meade como el candidato presidencial de los priístas, un servidor público limpio pero sin vigor político.
Pero a falta de trayectoria político-social, dicen que domina el inglés al 100% y es una pirinola como economista, o sea, un Zedillín, nomás que las riendas del país ya no pueden estar en manos de teóricos, el mando de la nación es para alguien que sin llegar a los extremos de un “masiosare” tenga arraigado el nacionalismo y sobre todo mucha buena fe.
Tecnocrátas ya hay por puños y pueden ser buenos asesores, pero no para que tomen decisiones, porque a juzgar por los resultados han salido bastante malitos, pero bueno, ya será decisión de los partidos a quién postulan; las decisiones chileras encontrarán seca respuesta por parte de los votantes, esto lo saben y por ello el PRI mejor se abre.
Sé de buenos ciudadanos con ánimo de participar en cargos de elección popular, preferentemente en los legislativos, conscientes de que en las cámaras es en donde se defiende el interés ciudadano… Veremos qué tan cierto será en los hechos esa apertura priísta.
Que tengan un buen día todos.