To live acá en la border, al filo de la navaja, en este pueblo, sorry, en esta city, de repente nos apantalla tanta modernidad.
En pleno siglo XXI la people sabe quién es Thanos, Tony Stark, Bruce Banner o Peter Parker.
Pero que no les pregunten quién fregados son Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, Ferdinand Maximilian Joseph o Miguel Gregorio Antonio Francisco Ignacio Hidalgo-Costilla y Gallaga Mandarte Villaseñor.
Y si está en Netflix no se lo perderá la Rosa María, verá hasta el último capítulo de los cincuenta que son, así sean las tres de la mañana.
Los chavos se sienten “geeks” quesque son fregones pa’ manejar sus Smartphones con destreza, pueden presumir tenis blancos con un traje formal azul, son cosplayer de Luke Skywalker y luchan con Darth Vader con espadas luminosas. “I am your father”, es una frase que repiten.
Todo se vuelve coleccionable en sus casas, atesoran tazones de pop corn de Cinépolis de Deadpool o el chavero de la abuelita de Coco, cualquier película de moda de Disney. No importa que hayan gastado 400 pesos en tenerla. Sus juguetes se vuelven piezas de colection, y hasta no abren sus boxes, porque pierden su valor. Así la gente mayor de los 40 años, creen que sus juguetes valen oro y sueñan que tendrán un valor incalculable.
Mi sobrino Mario me dijo que se iba a hacer rico vendiendo sus VHS de Disney en miles de dólares, gracias a una fake news que estaba circulando en las redes sociales. Esas mismas películas las he visto a un triste dólar en las tiendas de la Salvation Army, donde acude la gente a donar todo lo que no quieren, luego de ser acumuladores compulsivos.
También jura que se hará rico coleccionando carritos de Hot Wheels, quesque son el Batimóvil o el submarino de Batman que todo mundo desea tener. Gracias a Stranger Things muchos chavos juegan Dungeons & Dragons, algo bien crazy porque eso pocas personas lo tenían en 1979.
Cuando se decidió hacer su colección, empieza a tener Funkos en su buró, muñecos de la cultura pop, que por cierto hay convenciones donde asisten miles de Geeks que se pelean por obtener la figura que los sacará de pobres in the future como el Jon Snow dorado de la serie Game of Thrones. Ajá. Se vale soñar.
Lo cierto es que en esta generación de copy-paste, que cree que la Wikipedia es la Salvat con datos duros confiables, son Ninis, que esperan que AMLO, nuestro querido presi, les dé su mensualidad porque sienten que se lo merecen.
Ya tienen la figura Animé de Gokú que se convierte en Sayayín, no compran periódicos porque “todo está en las redes”, prefieren seguir en el canal de YouTube los viajes de China de Luisito Comunica o Werevertumorro, porque cada vez no hay nada que los asombra. Pero de eso se los emplatico más despacio en otra ocasión.
Mientras deciden qué ser de grandes, se tatúan al gato preferido en su brazo, olvidan que hay empresas que no contratan a raza con garabatos en su piel, porque hay una psicología que dice que no son personas confiables.
Por lo pronto aquí los miembros de la Guardia Nacional pelan los ojos cuando estás lleno de ellos.
No será que el mundo está cambiando…