Ya que se está hablando la batalla en casa para llevar adelante las tareas de la escuela, a grades rasgos podría resumir que la creatividad gana a la desesperación, lo cual no es fácil porque los menores no nos ven ni como sus maestros, ni tampoco estábamos preparados para ello.
Para ninguna mamá ha sido fácil asumir la enseñanza en casa, sin ir de la mano con una educadora profesional que nos mandaban a los niños ya procesados, listos para practicar con las tareas o reforzar su aprendizaje: ¡cómo se extraña eso!
Cualquier grado de escolaridad es complicado para una mamá que nunca ha sido maestra. En estos momentos mi propósito es enseñar de la mejora a mis hijos que cursan preescolar, que parece fácil, pero son los primeros acercamientos con la lectura, los números y áreas de expresión.
¿Cómo explicarle a un niño que dejó de ser bebé y casi no tiene vocabulario ni un contexto básico de lo que es el mundo, porque apenas lo está conociendo?
El momento más difícil con el que me he topado fue cuando necesité que el mayor pasara de las planas de letra a la cuadricula pequeña y el menor de cuatro años tenía que escribir un cuento para la materia de Lenguaje y comunicación.
Probé con todo al grado de frustrarme y al ver que no avanzaba, me detuve y les advertí que ahí nos íbamos quedar toda la tarde hasta que entendieran, entonces me dije a mi misma que ese no era problema de ellos, sino mío, porque el adulto era yo.
¡Qué difícil es no saber cómo explicar! entonces agarré una pluma de color naranja fluorescente de punto fino y les puse debajo de cada palabra para que escribieran encima de ella. Afortunadamente resultó y fue así como pudimos avanzar y concluir las
tarea.
Unos minutos antes, en pleno pico de la crisis, le mandé mensaje la maestra Ana, quien es la psicóloga que apoya a mis niños en su aprendizaje por las tardes. Me contestó cuando a mi manera lo había resuelto, le comenté y solo me sugirió cambiar de color a un amarillo que es el que utiliza ella.
No sé cómo se llama la técnica pero casi la adivino, pero consiste en “soplarle” las palabras al niño, hasta que se familiarice con ellas y aprenda.
Mientras escribo éste articulo, mi niño mayor me comenta que con el color rosa, porque así lo percibió él: “sí pude ver”.
Semanas atrás entré a ver tutoriales para enseñar a leer a los niños, en los que recomiendan que sea por medio de las sílabas, pero creo que necesitaré instruirme más en el tema ya que ya que sigue aplazando la entrada de los niños a las escuelas.
También, al paso que vamos y por medio del auto aprendizaje que a la vez estoy teniendo yo para poder educar a mis hijos, cuando termine la pandemia podré ir a la Escuela Normal Superior y solicitar mi titulo de maestra, o mínimo titularme en el Instituto Fleming, de asistente educativa.