México, D.F.-
La epilepsia severa, que en décadas pasadas era impensable que se pudiera curar, hoy se puede lograr a través de una operación quirúrgica.
Emilio Villa Acosta, presidente del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), localizado en La Habana, Cuba, afirmó lo anterior, y dijo que un enfermo puede lograr recuperar su vida.
En algunos unos casos —detalló— se logra curar la epilepsia, en otros detener su progresión, en unos más es posible convertirla en una enfermedad crónica bajo control, y en otros más se obtiene una mejoría considerable.
Estos avances, aseguró el especialista, se han alcanzado gracias a la tecnología que se ha instalado en el Ciren y a la investigación conjunta realizada entre Cuba, México y Canadá.
Dijo que hay personas que tienen una epilepsia severa, con muchas crisis durante todo el día, y son éstas las candidatas a este tipo de operación.
En entrevista, durante su visita a México, el especialista dio a conocer que entre 200 a 350 mexicanos con diversas lesiones cerebrales, entre ellas la epilepsia, acuden a las instalaciones del Ciren, en Cuba, por ayuda médica cada año.
“México es el país que más pacientes envía a la isla”, detalló, a la vez que comentó que el Ciren, que fue creado para atender únicamente a enfermos cubanos, hoy en día recibe a personas de 93 países.
“Tenemos una alta demanda internacional porque es un centro que no se ha podido repetir en ningún lugar del mundo, donde se creó un equipo multidisciplinario formado por 13 especialidades médicas y no médicas”, subrayó Villa Acosta.
Padecimiento y diagnóstico
De acuerdo con el experto, la epilepsia es un trastorno provocado por un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas de alguna zona del cerebro. La más frecuente de la epilepsia es la del lóbulo temporal.
“Nosotros la que abordamos es la epilepsia fármaco-resistente, en la que el enfermo, a pesar de haber probado dos o tres fármacos o diversas combinaciones de drogas, no mejora en su enfermedad, por lo que requiere una acción quirúrgica”, explicó.
Para que una persona epiléptica llegue a una operación, explicó el especialista, lo primero que se requiere es un diagnóstico certero para saber si se trata de una epilepsia intratable o de una epilepsia que puede ser tratable mediante una correcta selección de medicamentos.
Recordó que lo alcanzado hasta el momento es gracias a las investigaciones que en conjunto han realizado el Ciren, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) de México y el Instituto de Neurología y Neurocirugía de Montreal, Canadá.
En el caso de la epilepsia intratable, explicó que el diagnóstico consiste en tener todos los exámenes neurológicos, de imágenes y fisiológicos, “que nos resolverán que se agotaron todas las posibilidades desde el punto de vista de los medicamentos”.
En este tipo de epilepsia, agregó, el paciente presenta muchas crisis en las cuales puede tener manifestaciones muy severas en las que tendrá problemas serios. Y la más frecuente de ella, es la del lóbulo temporal.
El presidente del Ciren, quien tiene más de dos décadas trabajando en este lugar, comentó que en el estudio de telemetría se evalúa al paciente durante sus crisis epilépticas; se ingresa al centro por una semana y se le maneja para ver cómo reacciona, con medicamentos y sin ellos.
“Y eso se hace coincidir con el registro electroencefalográfico para poder ver al mismo tiempo las imágenes. Es una tecnología donde se combina la física, la cibernética y las matemáticas”, destacó.
El programa —aseguró— logra tomar los momentos de la crisis, al tiempo que va registrando eléctricamente la actividad cerebral, con el fin de encontrar el sitio exacto donde se originan las descargas y el tipo de manifestación clínica que genera. “Esa tecnología se logró aquí y somos centro de referencia internacional”, afirmó.
Intervención
Una vez diagnosticado, y conociendo la zona del cerebro que genera el problema, comienza la segunda fase, que es la operación con una tecnología en la que se hace el mínimo acceso.
“El paciente entra al quirófano y se le extirpa la zona epilétona. Después de esta intervención, la persona queda curada porque desaparece el lugar donde se originan las descargas”, expuso.
Explicó que esta es una cirugía guiada en la que se usa un corticograma, en el que se corrobora que ése fue el lugar donde se producían las descargas. Posteriormente, al paciente se le administrarán medicamentos a baja dosis —si es que lo requiere— hasta que se reincorpora a su vida.
Los tejidos que se le extraen al paciente, agregó, también se estudian. En promedio, el paciente tiene una estancia de 35 días en el Ciren. Una semana se destina a la evaluación y 28 días son para el tratamiento.
Para el especialista, este logro en la epilepsia lo resume en cuatro puntos: un diagnóstico adecuado, un equipo médico de neurólogos, neurofisiólogos y neurocirujanos altamente capacitados; el tener la tecnología para entrar al lugar exacto del cerebro donde se quiere llegar y hacer el seguimiento del paciente.
“Eso es la epilepsia del lóbulo lateral y ya está en servicio para todas las personas que lo necesiten”, aseguró, a la vez que puso a disposición de la población la página web del Ciren, “www.ciren.com.mx”.
Sobre la epilepsia del lóbulo extratemporal, en la que hay pocos casos, pero que es incontrolable, el médico aseguró que actualmente un grupo de mexicanos y cubanos están buscando encontrar la mejor solución.
Emilio Villa recordó que el Ciren fue inaugurado el 26 de febrero de 1989, pero tres años antes investigadores mexicanos (René Drucker e Ignacio Madrazo) y cubanos en conjunto hicieron el primer trasplante neural en un paciente cubano, de 52 años.
Destacó que siempre es necesario hacer esta referencia a esa fecha porque la unión del Ciren con México tiene más de 25 años. “Incluso, lo que motivó a hacer un centro de investigación como lo es éste, fue el primer trasplante antes mencionado”, manifestó.
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