Cd. de México.-
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) investiga la propagación de diversas especies de plantas medicinales con el fin de aportar conocimiento sobre las condiciones que requieren para impulsar su conservación.
La investigación forma parte del proyecto científico multidisciplinario para instalar el jardín Xochitlalyocan, el cual contiene alrededor de 40 especies de plantas medicinales entre árboles, arbustos y hierbas, comentó su coordinadora Aída Marisa Osuna Fernández.
La académica de la Unidad Xochimilco de la UAM detalló que en el jardín se recolectaron semillas de árnica y toronjil, entre otras especies que no se estudiaron antes.
Fernández dijo que además la falta de información sobre su propagación ocasiona que las plantas medicinales en general enfrenten un problema de conservación.
Lo anterior, mencionó, se debe a que “el 90 por ciento es de extracción silvestre; es decir son sacadas de su medio ambiente y no se cultivan, de tal manera que se nos está yendo el recurso”.
Como una forma de contrarrestar esta situación y derivado de la investigación se hizo un manual a nivel historieta para llevar información de los árboles de manita y pegahuesos, mismos que se pueden encontrar en los bosques mesófilo y tropical, respectivamente.
En el caso del segundo, la investigadora detalló que la corteza de ese árbol se usa para curar fracturas, pero se detectó que no se sembraban, así que confió que con la información que el equipo científico distribuyó éste pueda cultivar para que no se acabe.
Por otro lado, Fernández consideró que las plantas medicinales tienen otro “boom”, porque a nivel internacional ya se está trabajando con fitomedicamentos.
“Ya no se está trabajando a nivel de planta como droga vegetal, sino que se estandariza la droga vegetal y se elabora un medicamento con todos los requisitos clínicos”, indicó.
No obstante, la investigadora comentó que para poder llevar al mercado un fitomedicamento se necesita hacer una serie de pruebas farmacológicas y clínicas que le den validez, lo que implica una investigación costosa.
“En Europa se tiene una buena aceptación de los fitomedicamentos porque son sustancias que están probadas y que tienen pocos efectos secundarios, en comparación con un medicamento de patente sintético”, refirió.
En México, la especialista apuntó que sólo se tiene un fitomedicamento que es el QG5 y remedios herbolarios.
En ese sentido, Fernández señaló que el proyecto que encabeza buscó implementar el jardín Xochitlalyocan desde 2008 con el trabajo en una primera etapa, en la selección de las especies que se iban a sembrar y cómo iban a crecer.
“Tuvimos que hacer las parcelas y distribuir el suelo que se necesitaba. Por ejemplo, la lavanda necesita un suelo más seco, entonces había que ponerle otro tipo de sustrato, lo mismo la siempreviva”, explicó.
Después de 2011, año de su inauguración, se trabajó en el sistema de riego, pues por la calidad de ésta es necesario limpiarla.
A pesar que de manera formal se prevé su apertura al público hasta 2017, el jardín Xochitlalyocan, ubicado en el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuicolas de Cuemanco (CIBAC), tiene un programa de voluntariado, para dar pláticas sobre las plantas medicinales.
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