Ciudad Madero, Tamps. / Marzo 30.-
De la mano con la creación de empleos e inversiones, la refinería Francisco I. Madero trajo a los vecinos el temor a explosiones y a la contaminación.
Su instalación en Ciudad Madero se remonta a 1950 y fue reconfigurada en 1995, con una inversión de 2 mil 800 millones de dólares.
Pese al optimismo oficial para que otra refinería se instale en Altamira, los vecinos de la Francisco I. Madero dieron a conocer los aspectos negativos de vivir junto a instalaciones de esta naturaleza.
A un lado, en la colonia Miguel Hidalgo, se localiza una descarga de la refinería que es un dolor de cabeza para los vecinos. Ante lo que llamaron un grave foco de contaminación interpusieron una denuncia en la Profepa, al asegurar que padecen diversas enfermedades, principalmente de la piel.
Uno de los testimonios fue el de la señora Albertina Huesca, quien dijo que en su familia tienen afectaciones de salud. “Y no sólo eso, sino que el combustible también se vierte al río Pánuco”, aseguró.
“El canal contamina mucho cuando tiran el agua; el olor a los químicos es molesto y arde la garganta”, aseguró Marcelino Puga.
Sobre el temor a accidentes, quienes más lo sienten son los habitantes de nueve colonias cercanas al área circunvecina de la refinería: La Hipódromo, Emilio Carranza, Miramar, La Barra, Hidalgo oriente y poniente, entre otras, con más de 10 mil familias.
El alcalde de Ciudad Madero, Sergio Arturo Posadas, dijo que pese a las afectaciones, ve con optimismo la posibilidad de una refinería en Altamira y el gobernador Eugenio Hernández señaló que se reuniría con el director de Pemex, Jesús Reyes Heroles, para explicarle los resultados de estudios de factibilidad.
Discussion about this post