REYNOSA, TAM.- Abel Ibarra Jordán, quien perdió la vida ahogado en una zanja de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) el pasado 4 de octubre frente a su domicilio en el centro de la ciudad, era un buen hijo quien a pesar de su humilde sueldo como vendedor de elotes, procuraba ayudar a su madre con los gastos de su vivienda.
El difunto trabajó por varios años vendiendo en la calle Guerreo esquina con Hidalgo en el centro de la ciudad, pues quería que su madre, quien padece diabetes, no batallara con el gasto de la casa.
Con el rostro entristecido, Martha Ibarra Jordán, hermana del Abel, indicó que el hoy occiso siempre fue una persona muy trabajadora, aunque padecía de una discapacidad en su pie.
Algunos vecinos de la calle Ferrocarril Norte recuerdan a Abel como una persona tranquila y alegre, quien a pesar de ingerir constantemente bebidas embriagantes era respetuoso y no se metía con nadie.
Familiares y amigos del occiso acompañaron sus restos en las capillas del Velatorio Municipal, que les fueron proporcionadas gratis gracias al apoyo que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Sin embargo los familiares buscan apoyo del gobierno municipal, ya que la madre del difunto quedó prácticamente desamparada y debido a su condición de salud, se le dificulta trabajar.
Ibarra Jordán pereció ahogado en un pozo de más de dos metros de profundidad abierto por cuadrillas de la Comapa para reparar un tubo de agua potable.
Cabe destacar que después de la tragedia, trabajadores de la Comapa acudieron a reparar la tubería dañada, con el propósito de prevenir otro accidente.