Mazatlán, Sin. / Ene. 26
“Vamos a la quiebra, no hay para cuando nos paguen los pescadores; la mercancía se ha empezado a agotar ya, pero no hay dinero para surtir”, externó Beatriz Hernández.
Dueña de una miscelánea y puesto de comida ubicado en el muelle pesquero local Alfredo V. Bonfil, fía comida, refrescos y cigarros a los pescadores, y si puede hasta les presta dinero, “pero sin réditos”, aclara.
Luego, mueve la cabeza y añade: “Ni los pelícanos se acercan ya”.
La pobreza y el abandono es una realidad en este muelle, sólo los perros deambulan por el sitio en busca de comida. Los pescadores ni vienen, porque carecen de trabajo y porque, de darse una vueltecita, los proveedores los están cazando para cobrarles, señala esta mujer.
“Ya es tiempo de que el gobierno jale, apoye y vea que estamos jodidos”, añade.
La bonanza del sector pesquero se vino abajo cuando dejaron de existir las cooperativas, cuando todo pasó a manos del sector privado. Fue entonces cuando la pobreza empezó a crecer, aunque todavía hay una que otra cooperativa, pero ya no es lo mismo, abunda.
De seguir el paro, dice que se verá en la necesidad de cerrar su negocio, pues el solo hecho de tenerlo operando, gasta luz por mantener encendido el refrigerador.
“Cuando hay pesca, las familias de los pescadores vienen y consumen. También viene gente a comprar pescado o mariscos, y ellos llegan a nuestros puestos a consumir y eso nos ayuda, pero así como están las cosas, ni los pelícanos se paran en los barcos, pues en ellos tampoco hay comida”.
Sostiene que al igual que otros dueños de abarrotes, fondas y puestos de tacos, apoya al paro pesquero y que cada marcha o acción que realicen ahí estarán para hacer notar que hay solidaridad y jalan parejo.
Doña Beatriz desvía la mirada hacia donde están atracados los barcos y con un dejo de tristeza en su voz comenta que es triste ver como esos barcos se enmohecen cada día más, cuando deben andar en alta mar con sus hombres arriba, por ser gente que come a diario.
Es justo que el gobierno atienda las demandas de los pescadores, les den una respuesta y no los dejen a la deriva, expresa, pues de lo contrario, como ya están enardecidos y hartos, son capaces de hacer muchas cosas para llevar comida a sus hogares, porque tienen hijos y familia que mantener, sentencia la mujer.
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