La Paz, BCS.-
Faltaban unos minutos para las nueve y llegarían a tiempo a la escuela. El pequeño de cinco años, sentado en el asiento del copiloto, agarraba con sus manos una lonchera, mientras observaba el camino terregoso. Un vehículo les cerró el paso y a quemarropa terminó con la vida de su padre.
Una vez que los agresores huyeron, el pequeño bajó del automóvil y buscó refugiarse en un domicilio. Los disparos alertaron a las vecinas que salieron a ver qué pasaba y dieron aviso a las autoridades.
Minutos después arribaron elementos de seguridad, quienes resguardaron al niño mientras llegaba su familia. El menor apretaba la lonchera hacia su pecho y lloraba. Temblaba.
Un agente tapó la vista del pequeño, para que no pudiera ver el vehículo con el cuerpo de su padre, quien nunca más lo volverá a llevar al colegio.
Minutos después, narraron testigos, llegaron la abuela y la madre del menor. También arribó una amiga, quien se hizo cargo del niño.
En la misma zona se encuentra una primaria y, algunos padres de familia, que recién habían dejado a sus hijos se regresaron cuando escucharon los balazos, otros cuando comenzó a circular la noticia de una ejecución en el área.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) confirmó que identificó a la víctima, tenía 42 años y era originario de Sinaloa.
Más violencia. La ola de violencia que azota a la entidad dejó otros dos homicidios y una balacera, en Cabo San Lucas y en San José del Cabo, confirmó la procuraduría de la entidad.
La PGJE confirmó los casos y señaló que las personas asesinadas fueron identificadas, el primero, de 33 años, originario de Oaxaca; el segundo, de 24 años, de Veracruz.
Baja California Sur está por cumplir tres años siendo escenario de pugnas entre grupos del narcotráfico. Van cerca de 600 asesinatos y se suma el hallazgo de 18 cuerpos en fosas clandestinas en San José del Cabo.