México, D.F. / Marzo 9.-
En la última década el número de homicidios y suicidios entre los adolescentes y jóvenes de 17 países de América Latina se ha incrementado de manera “preocupante”, a consecuencia de la violencia generada por diversos delitos contra la propiedad, por la presencia de bandas juveniles violentas, maras y pandillas, pero también por accidentes de tránsito; en donde México ocupó el octavo lugar por el número de muertes acumuladas.
“La tendencia creciente de los homicidios es un tema a tomar en cuenta de forma urgente”, señala el Informe “La escuela y los adolescentes” realizado por el Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina dependiente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Además de que la atención a la llamada “adolescencia violenta” se vuelve preocupante por su “escasa visibilidad”, detalla el documento de ese sitema de información que también depende de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación la Ciencia y la Cultura (OEI).
En el caso de México, precisa el Informe de 2008, el número de homicidios y suicidios alcanzó niveles por arriba de la tasa de fallecimientos por accidentes automovilísticos. En nuestro país se resgitraron 23 homicidios y once suicidios por cada cien mil habitantes, lo que supera la tasa de 33 muertes por accidentes de transporte terrestre por cada cien mil habitantes.
El Salvador, Colombia, Venezuela y Brasil se ubican en los primeros lugares donde la principal causa de muerte de los adolescentes y jóvenes es el homicidio. México ocupa el octavo lugar en una tasa que se mide por cada 100 mil habitantes. Aunque ese es el ranking internacional, el documento desglosa que es en el caso de los varones en el que se advierte una mayor incidencia, por lo que advierte “la necesidad de de trabajar sobre género: masculinidad y violencia.
El documento dice que no sólo se trata del incremento de hechos violentos, sino también de una creciente sensibilidad frente a la inseguridad y a la violencia de toda la población en América Latina debido a la desaparición de dictaduras y guerras en la región. Sin embargo, la violencia ha ocasionado que los jóvenes y adolescentes hayan aumentado su “temor y la preocupación por el delito”.
En el capítulo de “Violencias y muertes violentas: un cambio en la experiencia cultural juvenil latinoamericana”, destaca que en lo cotidiano en los países se advierten una “adolescencia violenta”. Ésta percepción se produce al señalar a los jóvenes de entre 15 y 29 años de edad como víctimas y victimarios que se ven involucrados en homicidios, suicidios, muertes por accidentes viales y otro tipo de delitos; pero también por los crecientes reportes de violencia escolar.
Adicional a este ambiente dice que han crecido “riesgos considerables cuya magnitud hasta ahora no es fácil de captar” y que están relacionados con el abuso de drogas, la prostitución y el tráfico de personas entre este grupo de edad que para la región es de 80 millones de jóvenes.
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