México, D.F. / Septiembre 15.-
Para nuestros padres y abuelos la separación no era una posibilidad, sino una última opción. Hoy es una situación más de vida.
Como ésta, existen millones de costumbres y hábitos que con el correr del tiempo han variado su significado y rol social.
Bajo esta premisa, el segundo volumen de la serie “¿Cómo te explico?” profundiza sobre la modificación de las parejas del siglo pasado a nuestros días, y cómo transmitir a los demás miembros de la familia, incluidos los hijos la decisión de separarse.
En épocas no muy lejanas existían modelos y pautas que condicionaban mucho las decisiones de las personas. La separación no era una decisión sencilla, pues suponía un gran peso moral para la pareja implicada. Era una sociedad en la que estaba mucho más claro lo que estaba bien visto y lo que no, lo que se debía hacer, lo que se podía hacer y lo que no.
Había familias nucleares, extendidas, y no muchas más variantes. En nuestros días, los investigadores tratan de dar nombre y de definir las nuevas formas de agrupación familiar que antes no existían.
El profesor Gustavo Schujman explica de manera sencilla las formas de convivencia, las nuevas estructuras familiares y métodos para que la ruptura sentimental y emocional no afecte, severamente, el entorno familiar.
Este capítulo concluye que la convivencia llevó a la pareja a convertirse en padres o madres, condición que no se pierde, ni debilita con la separación. La pareja formó una familia que sobrevive a ella. Se puede dejar de ser marido y esposa pero nunca padre.
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