Chicago, EU. / Ene. 19
Con el peso de la responsabilidad de su propia promesa de cambio sobre los hombros, Barack Hussein Obama, el abogado mulato nacido en Hawaii, se convertirá mañana martes en el presidente número 44 en la historia de Estados Unidos.
Más allá del hecho histórico de la llegada de un afroamericano al máximo cargo, muchas son las expectativas generadas por el demócrata de 47 años dentro y fuera del país, a las que tendrá que dar respuesta desde los primeros días de su gobierno.
Su principal reto es lograr la reactivación económica del país, de casi 400 millones de habitantes, con un plan que prevé la creación de cuatro millones de empleos en los dos primeros años.
Un plan que proyecta al mismo tiempo regresar la seguridad económica a sus habitantes, renovar la infraestructura del país e impulsar el uso de nuevas fuentes de energía, para dejar de depender del petróleo extranjero.
Quien se convertirá en el hombre de mayor poder en la principal nación del planeta añade a su promesa económica la garantía de igualdad para todas las razas y credos que cohabitan Estados Unidos, así como una mejor relación con el resto del mundo.
Particularmente, los inmigrantes esperan que en los primeros 100 días de su gobierno Obama impulse una reforma migratoria integral, o al menos emita algunas órdenes ejecutivas que favorezcan de inmediato las condiciones de vida de los indocumentados.
Obama llegará a la Presidencia estadunidense con un enorme apoyo popular, que incluye grupos sociales que lo han declarado héroe mucho antes de mostrar la hazaña de sus acciones.
Pero también con la amenaza lanzada por grupos radicales que han obligado a reforzar su seguridad, y que harán de la crítica aguda a su gobierno la principal arma que usarán en su contra.
El nuevo mandatario confía en que sus promesas de campaña podrán convertirse en realidad, aunque algunas de ellas ya no en los tiempos previstos, como declaró recientemente, y por lo pronto echará mano de su popularidad basada en sus particulares características.
Si algo sigue sorprendiendo y fascinando a la población que votó por él, es su origen multicultural y su estilo de vida, que lo proyectan como un hombre sin prejuicios raciales e ideológicos, además de atlético, inteligente, osado, sencillo y noble.
Hijo de padre keniano y madre estadunidense (nacida en Kansas y descendiente de irlandeses e ingleses), Obama fue criado en Hawaii, por algunos años vivió en Indonesia, estudio en California, se graduó en universidades de Nueva York y Boston, y desarrolló su carrera política en Chicago.
Hombre caritativo, padre y esposo amoroso, político honesto, vecino cooperativo y ciudadano comprometido, son las características que resaltan de Obama y que hasta ahora cubren su principal defecto, que es su inexperiencia política.
Es ese punto el de mayor vulnerabilidad del político de Illinois, quien saltó de su silla senatorial a la presidencial con apenas cuatro años en su cargo, de los cuales dos estuvo involucrado en la campaña electoral, y ocho como legislador estatal.
Obama lo sabe, ya que desde que hizo pública sus aspiraciones presidenciales en el viejo Capitolio de Illinois, en febrero de 2007, reconoció que en su intención existía cierta “presunción y audacia”, debido a su inexperiencia política.
Ya como presidente electo se le criticó que hablara de cambio cuando decidió integrar su gabinete con un gran número de colaboradores del ex presidente Bill Clinton, a lo que contestó que en las condiciones actuales no se puede experimentar sino aprovechar la experiencia.
También recibió criticas por su desafortunado e innecesario involucramiento en el escándalo del gobernador de Illinois, Rod Blagojevich, quien es acusado de tratar de vender al mejor postor el asiento de Obama en el Senado.
Pero el voto de confianza que le ha entregado la población ha sido el más grande antídoto contra sus detractores en estos 75 días que esperó para asumir el cargo y que se convirtieron en un espectáculo permanente alrededor de su elección como presidente.
Obama jurará este martes ante la Biblia luego de imitar el recorrido histórico que hizo Abraham Lincoln, de quien en repetidas ocasiones se ha declarado admirador.
Una vez que pase la euforia del festejo, empezará el reto de mostrar desde los primeros días que su llegada al poder no sólo fue un acto de audacia de un político que apenas hace dos años era prácticamente desconocido.
El mundo entero espera comprobar que al abogado mulato nacido en Hawaii, Barack Hussein Obama, le sobra inteligencia y decisión para lograr el cambio que prometió.
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