Washigton, EU.-
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad el envío de observadores para que supervisen las evacuaciones de la ciudad siria de Aleppo, que se iniciaron la semana pasada y que, tras varias interrupciones, se retomaron este lunes.
Los representantes de los 15 países, “alarmados por el continuo deterioro de la situación y devastadora situación humanitaria que vive Aleppo y la necesidad de evacuaciones humanitarias urgentes y la asistencia a un gran número de habitantes”, plantearon un plan para utilizar el personal que el organismo ya tiene sobre la zona —se calcula que hay más de un centenar, la mayoría sirios, pero que podrían llegar decenas más— para vigilar las evacuaciones.
A los miembros del Consejo de Seguridad les costó llegar a un acuerdo por las amenazas del embajador ruso, Vitaly Churkin, de utilizar el poder de veto de su país si no se incluía en las tareas de coordinación de la supervisión al gobierno sirio, aliado de Moscú.
Finalmente, los diplomáticos llegaron a un texto considerado “bueno”.
Entre otras cosas, la resolución pide acceso inmediato e incondicional para respetar y proteger a los civiles de las evacuaciones. En las tareas de supervisión también participarán miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja.
“Después de muchas maniobras para retrasarlo y obstrucciones, la resolución debería permitir un respeto total de la ley internacional humanitaria en Siria”, dijo el presidente francés, François Hollande. Su representante en Naciones Unidas, el embajador François Dela- ttre, declaró que el objetivo del envío de observadores es evitar que se vean episodios de “atrocidades masivas” como en el pasado.
Asimismo, el gobierno francés mostró su deseo de que el nuevo paso realizado sea el definitivo para “pavimentar el camino hacia un alto el fuego y una solución política consensuada” tras seis años de guerra civil. En ese sentido, el enviado especial de la ONU para el conflicto, Staffan de Mistura, anunció su intención de reanudar las negociaciones.
La delegación de Siria, sin embargo, mostró su escepticismo ante el consenso del Consejo de Seguridad de la ONU.