México, D.F.-
La historia de Howard Shulman de Nueva Jersey, está marcada por el abandonó y la discriminación. Al nacer fue víctima de una infección bactereológica que dejó su rostro desfigurado de por vida, razón por la cual su madre lo abandonaría.
Los primeros años de su niñez los pasó en hospitales, donde le realizaron diversos procedimientos para sanar su rostro. Después de la dolorosa recuperación vivió con una familia de alemanes quienes ni siquiera se atrevían a verlo a la cara. Al poco tiempo fue trasladado con una familia judía quienes sólo lo aceptaron durante una semana.
Afortunadamente llegó al hogar de Vito y Mary Signorelli, quienes lo aceptaron. Shulman describe a esta pareja como lo más parecido a unas figuras paternas que ha conocido.
Sin embargo su vida no estaba resuelta, pues las personas lo discriminaban constantemente por su apariencia. Asistir a la escuela era una experiencia muy estrenaste para él, ya que sus compañeros lo llamaban “nariz de cerdo” y “cara aplastada”.
En su etapa adulta sucedió un acontecimiento que cambiaría su rumbo. Logró conocer a su madre biológica y se enteró que tenía tres hermanos quienes tuvieron todo el amor de familia que él no tuvo.
Su madre biológica le aseguro que no estaba arrepentida de lo que había hecho, y no quiso volver a verlo, ni hablar de nuevo con su hijo.
“Yo quería saber de mis raíces pero al pasar el tiempo empecé a sentir rabia por lo que tenían mis hermanos. Eran bien educados y eran una familia bien unida. Me sentía como un intruso. Ellos se sentían culpables. Pero yo no. Nunca me sentí culpable. Yo no hice nada mal”, dijo Shulman al Daily Mail.
En la actualidad Shulman de 40 años, está casado con una hermosa mujer y es el dueño de varios negocios de boliche en EU. También es un luchador activo en los derechos de los niños huérfanos, además es voluntario en Hillsides, una ONG que ayuda a menores de edad y familias vulnerables.
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