Gibraltar, RU.-
Gibraltar representa un viejo conflicto imperial que no ha curado ni siquiera la convivencia de Reino Unido y España dentro de la Unión Europea.
Con Londres fuera de la UE, tras el voto del Brexit, las perspectivas se complican aún más. Los 30 mil habitantes del peñón, una pequeña península en Andalucía bajo bandera británica desde 1713, quieren seguir siendo un Territorio Británico de Ultramar pero, ante todo, desean continuar en la UE.
“Nuestra prioridad está clara: permanecer en la UE y conservar el acceso al mercado único y al libre tránsito de trabajadores”, explica en su despacho Joseph Garcia, viceministro principal de Gibraltar: “Esas prioridades son independientes de lo que Reino Unido negocie para sí mismo”.
Garcia se expresa en perfecto inglés británico porque se siente “más cómodo para asuntos técnicos”, pero, como buen gibraltareño, puede cambiar al español con acento andaluz para hablar de su infancia o sus hijos.
“En Gibraltar, el Brexit fue un shock”, cuenta. Frente a los 19 mil 322 gibraltareños que apoyaron la permanencia en la UE (96%), sólo 823 prefirieron la salida. Dejar la UE podría tener el traumático efecto de un cierre de fronteras con España.
Cruzar esta frontera por el momento sigue siendo sencillo, como atestiguan los 10 mil españoles que lo hacen cada día para trabajar en el peñón. Con 12 millones de visitantes, Gibraltar es un centro del turismo británico. Su calle principal se asemeja al Duty Free de un aeropuerto, con sucesiones de estancos y licorerías muy baratos.
Pero no sólo es eso: enclavada en la bahía de Cádiz, la zona con más paro de España, Gibraltar es una isla de prosperidad gracias a la banca y la industria del juego online, establecida por sus ventajas fiscales. Todo eso se puede acabar.
“Tras el Brexit hemos analizado los casos de los micro Estados en la UE y sus características: San Marino, Liechtenstein”, explica Garcia. “Exploramos todas las opciones para seguir en Europa”, y subraya “todas”: “Estamos participando en un proceso con Escocia, Irlanda del Norte y Gales para estudiar el impacto en cada territorio”.
Escocia e Irlanda del Norte, como Gibraltar, votaron seguir en la UE, frente a Inglaterra y Gales, cuyos habitantes eligieron salir. La situación está creando tensiones en Reino Unido. El martes, el gobierno escocés anunció que prepara la legislación para un eventual segundo referéndum de independencia, pero García asegura que Gibraltar no tiene afán separatista.
“Más bien, conversamos con la primera ministra de Escocia sobre soluciones que implican que unas partes de Reino Unido sigan en Europa y otras no”, explica Garcia.
Agrega que el precedente sería Groenlandia, territorio danés que en 1985 dejó la UE sin que ello afectase al resto del país.
“Tenemos una relación muy buena con el gobierno de Theresa May en Londres y son comprensivos con la posición de Gibraltar. Reino Unido todavía tiene abierta una discusión interna para fijar su posición ante la Unión Europea”, dice Garcia.
Por si no bastara la pesadilla económica, el Brexit avivó las tensiones con España. Tras la votación, Madrid propuso la cosoberanía al peñón para que se mantenga dentro de la UE como territorio español, algo que Garcia califica de “irreal”.
“La cosoberanía española fue rechazada por 98% de la población en un referéndum en 2002. No nos van a chantajear. Somos parte de Reino Unido y con él vamos a negociar nuestro estatus especial en Europa, pero no vamos a ceder nuestra soberanía. Decir eso es una tontería”, expresa.
“No sabemos aún qué significa el Brexit”, reconoce Garcia: “Ni dentro de Reino Unido hemos definido qué significa para nosotros (…). Tenemos que definir cómo será, pero de momento navegamos aguas desconocidas”.