México, D.F. / Abril 10.-
A Javier Aguirre en la Selección Mexicana de futbol le espera un puñado de nombres que en un comparativo con los que utilizó en el último juego que dirigió en el Mundial de 2002 —derrota ante Estados Unidos en octavos de final—, suena superior en ocho de las 11 posiciones.
El nuevo técnico del Tri debe ponerse de buen ánimo al estudiar a los elementos que tiene para echar mano. Experimentados, de media vida futbolística y jóvenes que explotar. Será cuestión de convencer y concretar.
Siete años después de que culminara la primera etapa de Aguirre al mando de la selección, ha ocurrido un par de cambios generacionales que tienen fuera del equipo a hombres que en su momento gozaron de la confianza del Vasco para salvar el barco verde.
De los 23 elementos en los que Aguirre confió para Corea-Japón 2002, 10 ya se han retirado; 11 están en sus últimas temporadas en primera división y la mayoría ya ni siquiera figuran como titulares.
Rafael Márquez y Gerardo Torrado son sin duda, claves en sus clubes y en el mismo tricolor. Ahora, Aguirre se encontrará con hombres como Carlos Salcido o Ricardo Osorio, que destacaron en el periodo de Ricardo La Volpe; además, de chicos como Carlos Vela y Giovani dos Santos, a quienes vio, de alguna manera, crecer en sus respectivos clubes europeos, pero que sin embargo no han detonado para bien del representativo nacional.
En la portería, Aguirre tiene para echar al cielo, siendo Oswaldo quien lleva la mano por la experiencia ante Corona y Ochoa, a quien le falta cocinarse con la verde. Sánchez fue suplente de Pérez en 2002.
En la zaga, se mantiene Rafael Márquez más jugador, pero con la necesidad de concentración en momentos clave. El del Barcelona ha reconocido sus fallas y ese es el primer paso. Por Manuel Vidrio, el otro central y ahora auxiliar de Aguirre, pueden jugar hombres como Galindo, Osorio o Moreno. El juego por las bandas sufrirá, a diferencia de Corea-Japón de proyección ofensiva: Osorio y Salcido no son tan puntillosos como Carmona y Morales, pero pueden mejorar.
En el medio campo, Pardo será acompañado por Torrado o Leandro dependiendo las intenciones del entrenador, además del entorno.
Para el ataque se ha abierto la posibilidad del regreso de Cuauhtémoc Blanco, pero no hay más Borgetti. Con Sven-Göran Eriksson, la ofensiva recayó en jóvenes a los que les falta un paso, uno de los objetivos de Aguirre, quien les tendrá que ayudar a madurar o recurrir a otros como Bravo, Vuoso o Arce por la derecha.
“El Vasco” necesita encontrar urgente la amalgama perfecta entre tres generaciones de futbolistas mexicanos, con distintas ideas, compromisos y ambiciones, todo, con el fin de llegar a Sudáfrica 2010, un puerto que se ha complicado por errores de los federativos, técnicos y jugadores.
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