Tampa, Fla. / Feb. 1
El Super Bowl XLIII será recordado como el de la incredulidad ya que un equipo chico como los Cardenales de Arizona se plantó de tú a tú al de la gran historia y tradición en la NFL como Acereros de Pittsburgh.
Los Cardenales, que contarán con dos mexicanos en lo que es la organización (Rolando Cantú y Eduardo Castañeda), saldrán al campo de juego del estadio Raymond James de esta bahía con la convicción primero de despojarse de un pasado gris para intentar poner en su lugar al de la historia y gran carisma en la NFL.
Tradición (Acereros) contra incredulidad (Cardenales), son las vertientes que marcaron ya este Super Bowl de la historia de la liga. Lo que sin duda queda claro y demostrado por los Cardenales, es que ya no serán más vistos como uno polluelos o pichones, sino como unos Cardenales que despertaron de un letargo, después de 61 cuando perdieron el juego de campeonato de la existente NFL contra las Águilas de Filadelfia, jugando entonces en la ciudad de Chicago.
Otro dato interesante acerca de los Cardenales, respecto a la forma en la que juegan actualmente, está fundamentada en la llegada del entrenador en jefe, Ken Whisenhunt, y el coordinador de la línea ofensiva y asistente de jefe, Russ Grimm. Ese ingrediente que apenas cumplió esta su segunda campaña, vino a revolucionar quizá la manera a la que venían jugando los Cardenales entre lo poco atractivo a como son ahora.
Ken y Russ le han dado a los Cardenales una nueva presencia como equipo, aprovechando al máximo el potencial de los jugadores que ahí ya estaba como el pasador Kurt Warner y los receptores Larry Fitzgerald y Anquan Boldin. Ambos peligrosos en campo abierto y capaces de destruir y desmarcarse de sus oponentes defensivos.
Cabe destacar que tanto Whisenhunt y Grimm fueron piezas clave en construir el juego aéreo de Ben Roethlisberger con sus receptores Hines Ward y Santonio Holmes, apoyados por su gran línea ofensiva que le brindó a Big Ben el tiempo suficiente para sus grandes jugadas. Sin duda, el conocimiento de Ken y Russ acerca de cómo explotan sus habilidades lo que les podría dar cierta ventaja, aunque no es una garantía que con eso se vaya a ganar el Super Bowl, si se notará por donde y como debilitar al adversario de acero.
Asimismo, la defensa de los Acereros mejor conocida como la cortina de acero, tendrá que exponer su mejor juego ante unos Cardenales despreocupados y con confianza.
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