México, D.F. / Septiembre 9.-
Vino, vio y conquistó. El púgil filipino Manny Pacquiao pasó un ajetreado día en la capital mexicana y causó alboroto en cada una de las paradas que hizo.
De visita en México para promover su pelea ante el mexicano Juan Manuel Márquez, Pacquiao, o PacMan, como lo apodan, inició su jornada alrededor de las nueve de la mañana con una visita a la Catedral metropolitana, donde fue recibido por autoridades de la iglesia, quienes le obsequiaron un rosario dentro de un estuche de madera.
Pacquiao, rodeado de cámaras y un séquito de unas 20 personas, caminó por los pasillos del recinto y se detuvo a observar las reliquias del beato Juan Pablo II.
Después de esa parada, Pacquiao visitó la Cámara de Diputados, donde la Comisión de Juventud y Deporte le hizo entrega de un reconocimiento por sus aportaciones al deporte: dos libros de la historia de México y uno más sobre el recinto legislativo.
“Gracias a todos por la cálida bienvenida, es algo que no olvidaré en mi vida, es la mejor experiencia de estar en esta casa, gracias a todos los congresistas”, dijo Pacquiao, en la reunión que se realizó en el Salón de Protocolo del edificio A del Palacio Legislativo.
El campeón mundial welter también es congresista en su país y no dejó pasar la oportunidad de ir a San Lázaro, donde se tomó algunas fotos con los legisladores que se lo solicitaron.
Al igual que en la Catedral y flanqueado siempre por su promotor Bob Arum, decenas de seguidores seguían cada uno de los pasos del campeón, al igual que una nube de reporteros que apenas lo dejaban respirar.
En la Cámara de diputados, Pacquiao sostuvo una breve reunión privada con el coordinador del grupo parlamentario del partido Nueva Alianza, Jorge Kahwagi, quien en su momento también fue boxeador.
El presidente de la Comisión de Juventud y Deportes, José Francisco Javier Landero Gutiérrez, dijo que la invitación la hicieron desde el año pasado en el Primer Foro Legislativo Mundial sobre juventud.
Nada de lo que había pasado hasta entonces se iba a comparar con lo que estaba por llegar en el Monumento a la Revolución, donde miles de personas lo esperaban con ansiedad.
Un poco después del mediodía, Pacquiao, quien había estado por última vez en México en 2005 para promover su combate ante Érik Terrible Morales, encontró un tumulto de gente que desesperada por tantas horas de espera por momentos estuvo a punto de provocar una tragedia.
“Estoy muy contento del recibimiento, porque la gente mexicana es asombrosamente encantadora. Tuve hoy la oportunidad de estar en el Congreso y estoy muy orgulloso del reconocimiento que me dieron”, expresó el filipino de 32 años de edad.
Tras posar para la lente de los fotógrafos y camarógrafos y acompañado por Juan Manuel Márquez y su representante, Pacquiao dijo unas palabras más en el podio del escenario montado en el Monumento a la Revolución, antes de dirigirse a una carpa localizada en un costado para que diera una conferencia de prensa.
Después de eso, Pacquiao tomó un helicótero de TV Azteca que aterrizó en el predio localizado frente las instalaciones del club América y se fue en una camioneta con rumbo desconocido.
Por la tarde de ayer, tomó un vuelo de regreso a Estados Unidos, donde comenzará su preparación para la pelea ante Márquez, agendada para el próximo 12 de noviembre, en Las Vegas.
(9/sept/ 2011)
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