Toluca, Méx. / Ene. 19
La Liga está de pláceme. Porque independientemente de los errores registrados en la primera jornada del Clausura 2009, la generosidad ofensiva ha dado apertura al espectáculo y en esa dinámica se vio involucrado el duelo entre Diablos Rojos y Potros de Hierro, cuyo resultado final (3-3) premió a los asistentes en el Nemesio Díez.
Luego de resistirse al “pasillo”, a manera de tributo al campeón Toluca, el Atlante exhibió en los primeros 45 minutos su gran debilidad: la defensiva.
Luego de varios titubeos, al minuto 16, Antonio Naelson Sinha se hizo del balón en medio campo y sin que nadie le saliera al paso, eludió a dos contrarios antes de flotar su remate y colocarlo al ángulo superior derecho de Federico Vilar.
A manera de reacción, Atlante igualó (22’) gracias a una desconcentración choricera y del propio silbante Manuel Glower, quien había ya ordenado la formación de la barrera, por lo que el madruguete de Gabriel Pereyra no debió contar.
Sin embargo, el Toluca ofreció un mejor desempeño en la parte inicial y pronto recuperó la ventaja. Esta vez, al 41’, el chileno Héctor Mancilla (quien había desperdiciado un gol a bocajarro) hizo túnel a Clemente Ovalle y luego fusiló a Vilar al puntear el balón en un último esfuerzo.
Y al 45’, Israel López catapultó a Mario Méndez por derecha y éste sacó centro que Mancilla convirtió con remate picado, a la izquierda del portero Vilar.
El encuentro lucía para una goliza del campeón, sólo que el Atlante mostró una furiosa reacción en el complemento.
En plena reanudación (49’), Pereyra filtró para Luis Gabriel Rey, el colombiano la devolvió y el argentino fusiló, para apuntarse su segundo gol del día.
Más adelante, al 59’, Sergio Santana perforó a la zaga atlantista y tocó para Mancilla, quien voló su remate cuando tenía el cuarto para la causa roja. Y sobre el mismo minuto, el Atlante desdobló con hambre. Rey se hizo del balón, tras el despeje de Vilar, y fulminó a Cristante, con disparo de media distancia.
En la agonía (81’), el Toluca tuvo el gane, por un penalti de Martínez sobre Mancilla, pero Vilar atajó el cobro a Carlos Esquivel, afectado por el fallecimiento de su hijo recién nacido.
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