Monterrey, N.L. / Marzo 8.-
Se nota la mano de Pekerman en Tigres. Y es que si Lapuente le dejó un equipo apretado, el argentino se ha encargado de borrarlo. Ni si quiera Omar Bravo ha podido cambiar el desastre. El delantero llegó, puso peligro, intentó, pero ni así los felinos pudieron ganar en el Volcán y cayeron 2-1 ante el Puebla. Doble golpe porque los camoteros son rivales directos en la lucha por no descender.
De qué está hecho el cuadro de la franja que ante la adversidad parece sublimarse.
Ayer una vez más arrancó con el rumbo torcido. Un penalti sobre el minuto 24, provocado por Bravo y que ejecutó Lucas Lobos perfecto los mandó contra las cuerdas, mientras el Universitario soñaba con debutar en el primer triunfo felino en casa.
Fue lo mejor de Tigres, porque Puebla metió la cabeza, al menos así lo hizo Álvaro González con diferencia de 10’.
Fue una repetición instantánea. Primero al minuto 29 a servicio de Sergio Pérez, González se levantó y puso el balón lejos de Óscar Pérez. Una vez más al 38’ servicio de Sergio Pérez, González se levantó y puso el balón lejos de Óscar Pérez. Así de repetitivo.
Fue suficiente para mantener a raya a unos Tigres desteñidos. Que amontonan gente arriba: Fonseca, Bravo, Bogado, Lobo, pero sin idea, din claridad y mucho menos opciones.
Por eso, aunque Puebla terminó colgado del travesaño, dio la sensación de tener todo bajo control, sobre todo su destino, ese que cada vez se ve más lejos de la Primera A, que fecha a fecha contabiliza a favor en la porcentual mientras Tigres se hunde. Mientras tanto Puebla goza. Ya lo dijo Daniel Osorno “Somos un equipo humilde y nos lo merecemos” ¿será?
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