Aguascalientes / Abril 2.-
Felices, satisfechos, con el corazón acelerado, pero la cabeza fría. Los jugadores del Guadalajara comprobaron que están preparados para el Clásico de clásicos… Y no sólo por sus dos victorias en fila.
La frustración necaxista por el doloroso revés (1-2) fue desahogada con empellones y hasta algunos golpes. Los futbolistas de José Luis Real estuvieron a punto de caer en el garlito. Recordar que el siguiente rival se llama América frenó todo.
Las Chivas no ligaban victorias desde hace un año. Fue el 4 de abril de 2010, cuando ganaron el Clásico de clásicos (1-0), tras golear al Santos (6-2). Buen augurio para un equipo cuestionado, pero que parece haber encontrado su mejor desempeño en el momento indicado.
El Güero Real lo volvió a hacer. Está claro: nadie como él conoce a los chicos que cargan con la responsabilidad en el conjunto más popular del futbol mexicano.
Eso explicó su enorme sonrisa mientras aplaudió el gol anotado por Marco Fabián (70), futbolista al que comprometió públicamente hace unos días.
Consciente del gran potencial que tiene el fino volante, el estratega le aconsejó que el primer paso para crecer era ya no dejar que lo llamaran “Marquito”. El acicate rindió frutos inmediatos.
Ingresó con la misión de resolver el encuentro. Lo hizo gracias a aquella fortuita ejecución de tiro libre.
Estaba marcado: el seleccionado Sub-22 le daría al Rebaño Sagrado su primera victoria como visitante en el Clausura 2011. Todo se le dio.
Los Rayos protestaron la falta señalada por Mauricio Morales. Tenían razón. Pablo Quatrocchi no tocó a Alberto Medina, cuyas habilidades histriónicas engañaron al árbitro. La acción se completó con el desvío de Christian Suárez en el disparo de Fabián, suficiente para dejar sin oportunidad a Óscar Pérez.
Herida casi mortal para los impetuosos, aunque bastante desordenados locales. Las matemáticas todavía los tienen con vida, pero cada vez están más cerca de volver a la Liga de Ascenso. Con cinco jornadas por disputar, necesitan obtener las 15 unidades que restan y esperar una combinación de resultados.
Sergio Bueno lo sabe: su equipo está conectado a un respirador artificial. Milagro es el término al que se aferran.
El mismo que el Guadalajara parece vivir durante las más recientes semanas. De ser un equipo desahuciado, en el que pocos creían, ha pasado a ser un contendiente por la clasificación a la Liguilla.
Encontrar la fórmula para ganar partidos es lo que le ha impulsado a los puestos de vanguardia dentro del Grupo Uno, en el que ya está a dos unidades de los Tigres, quienes hoy reciben al Atlante.
Érick Torres continúa siendo un peligro, Omar Arellano da muestras de que puede recuperar su nivel, pero lo más importantes es que ya no se presentan inverosímiles errores en la zaga. Las Chivas encontraron la eficacia en el instante más trascendental del campeonato, con la fase final a menos de un mes y las Águilas como siguiente adversario, último trampolín para despegar de forma definitiva.
Discussion about this post