Tuxtla Gutiérrez, Chis. / Marzo 8.-
Chivas del Guadañajara le hace al tío vivo. Una semana impresiona, arrasa, golea en la Liga y Libertadores y a la semana siguiente, no funciona, se atora, no anota, pierde 2-0, lo mismo en Caracas, lo mismo en Chiapas ante Jaguares.
Es el Rebaño de Efraín Flores, que en carrusel sube y baja con la parsimonia que acompaña al torneo mexicano. Hoy poderoso, mañana incierto.
Lo tangible es que Jaguares ganó 2-0 y bien pudo haberse llevado uno más. ¿Efraín volverá a poner a la cancha como pretexto de la derrota?
Cuento peligroso si el cuadro tapatío piensa refugiarse cada vez que los resultados le sean adversos.
Lo peor para el Rebaño es que ni siquiera mostró peligro. Atascado en el medio campo, incluso como espectador de un Jaguares que movía la pelota.
Chiapas fue el equipo de la iniciativa, el que llevó el peligro al arco de un Luis Ernesto Michel acertado, y un tanto desesperado por la falta de aplicación de sus zagueros de lujo. Aarón Galindo, Jonny Magallón, desacertados, lentos, vaya, una avenida para Batista, Peralta y Danilinho.
Dónde quedaron las Chivas de 11 goles en dos partidos, seguro que en Guadalajara, antes de partir a jugar la Copa Libertadores ante Caracas.
Hoy es el equipo de cero goles en dos partidos, de cuatro tantos recibidos.
¿Y Omar Arellano? Aquel que no resintió la inactividad en su reaparición ante Pachuca y se mostró con dos tantos, ahora estuvo en el campo 66 minutos, sí, estuvo, porque no gravitó, ni él, ni Alberto Medina, ni Ramón Morales.
Por eso Jaguares pudo dar el salto en dos tiempos.
El primero en justo premio al dominio que ejerció en la primera mitad y del que obtuvo su recompensa hasta cinco minutos antes de ir al descanso, en una jugada por el centro, en la que Danilinho pudo desbaratar a Magallón y Galindo y luego fusilar a Michel, 1-0 gracias a que la zaga tapatía no coordina, a que Mejía se quedó colgado en la lateral y permitió que Danilinho estuviera en buena posición.
El segundo paso llegó con el complemento, ya con la entrada del Bofo Bautista. Otra vez en un desajuste defensivo de los rojiblancos, ahora Bautista se encontró el balón y mordido y todo le pegó al arco. Salió el esférico dando tumbos, sin fuerza, directo a las piernas de Magallón, casi suplicando por un despeje, pero el central de Chivas no estaba para nada. Por eso lo abanicó feo y dejó que se incrustara en su arco.
Jaguares tuvo una más, en una diagonal retrasada que Neri Cardozo no supo firmar y la estrelló en el poste, era el tercero.
De todas maneras no hacía falta. El Rebaño gusta de jugar al tío vivo. Disfruta cada vuelta. Sube, baja. Una semana es el equipo de los 11 tantos, arrollador, poderoso, aplastante y a la siguiente hace de víctima, inofensivo, chato, atorado.
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