Sochi.-
No será un paso más el que buscarán dar mañana en Sochi las selecciones de fútbol de México y Alemania, dos equipos que por diferentes razones y con distintas misiones intentarán dar una muestra de jerarquía en la Copa Confederaciones de Rusia.
Estará en juego el pase a la final de un torneo internacional de la FIFA, dato no menor más allá de que la ausencia de numerosas figuras en Rusia difícilmente permita considerar al certamen, como ocurrió en otros momentos, un “Mini-Mundial”.
Para el fútbol mexicano sería un gran hito en su permanente búsqueda de dar el salto de calidad que la ponga a la altura de las selecciones de elite. Pero también los jóvenes alemanes intentarán demostrar a Joachim Löw que pueden ser tan competitivos como los titulares. Y de paso, enviar un intimidante mensaje al mundo del fútbol metiendo a la campeona mundial en una nueva final incluso con su versión alternativa.
Será un encuentro de roles algo invertidos, ya que esta vez Alemania no parte como clara favorita, como deberían marcar su historia y sus cuatro títulos mundiales. Sin embargo, la buena fase de grupos que hizo el experimental equipo de Löw, que incluso terminó primero por delante de Chile, equiparó las apuestas.
Todo está abierto de cara al duelo en el Estadio Fisht de Sochi, cuyo ganador se medirá el domingo en la final de San Petersburgo a Portugal o Chile, rivales hoy en Kazán. Así lo entendió el seleccionador de México, Juan Carlos Osorio, que reaccionó enfático cuando le hablaron de la supuesta inexperiencia de los alemanes.
“Es muy diferente ser joven y no tener experiencia”, afirmó el entrenador colombiano. “Uno puede ir a una universidad con 30 años a graduarse de cardiólogo y tener cero experiencia. O ser un cardiólogo que se graduó a los 21 años y estar operando ya diez pacientes cada fin de semana. Lo mismo sucede en el fútbol”, comparó.
“A sus 23 años los jugadores alemanes ya han jugado campeonatos nacionales, han sido campeones de Bundesliga, han jugado torneos de UEFA, la Champions….”, evaluó. “Enfrentamos a una nación que es un ejemplo a seguir para aquellos que creemos en los procesos. Estamos hablando de la campeona del mundo, a la que todos admiramos profundamente”.
También Löw tuvo elogios para México. “Es un rival extremadamente fuerte, que juega con mucha confianza y energía y tiene jugadores muy buenos técnicamente. Y a nivel mental se los ve con más orgullo”, analizó.
“Es de otro calibre que Camerún o Australia. Al nivel de Chile en su forma de jugar. Será un gran test e intentaremos estar en la final. Nuestros jugadores tienen hambre de seguir avanzando”.
Löw se permitió recordar hoy la “increíble impresión” que le dejó México cuando le tocó enfrentarlo, como asistente de Jürgen Klinsmann, en la Copa Confederaciones del 2005 en Alemania.
“Entonces no conocía tanto el fútbol internacional y sabía muy poco de México. Jugaron tan ofensivo y con tanta dinámica… Permanentemente en profundidad. No era tan habitual ver algo así entonces. Quedé increíblemente impresionado”, dijo sobre el partido por el tercer puesto que Alemania ganó 4-3 en Leipzig.
El entrenador no dio muchas pistas sobre el once que colocará este jueves, aunque adelantó que no saldrá con el mismo equipo que venció 3-1 a Camerún en el cierre del Grupo B. “Eso está claro”, afirmó.
Lo único seguro es el arco, donde Marc-André ter Stegen se ganó la titularidad por el resto del certamen. Por delante, lo más probable es que Löw repita su línea de tres con Antonio Rüdiger, Shkodran Mustafi y Niklas Süle.
El lateral-volante del Bayern Múnich Joshua Kimmich asoma como inamovible en el mediocampo, acompañado por Emre Can y Sebastian Rudy en la contención y por Jonas Hector en el otro costado.
La generación de juego estará a cargo del capitán Julian Draxler y del talentoso León Goretzka, una de las apariciones del torneo. Y de punta Lars Stindl, con dos goleadores hambrientos como Timo Werner y Sandro Wagner esperando su oportunidad.
El once del México de Osorio, un entrenador que lleva al extremo su política de rotaciones, es un rompecabezas aún más complejo de armar. Con excepción de Andrés Guardado, sancionado, y Diego Reyes, lesionado al igual que el ya marginado Carlos Salcedo, el resto es una incógnita.
Se espera que la columna vertebral la integren el arquero Guillermo Ochoa, el defensor Héctor Moreno, el centroampista Héctor Herrera y en ataque Javier “Chicharito” Hernández, máximo goleador histórico de México. Si el jugador del Bayer Leverkusen juega de extremo, el centro de la delantera sería para Raúl Jiménez.
“No sabemos quien va a jugar. Como dijo Löw, una de nuestras mejores cualidades es que tenemos 23 jugadores que pueden hacerlo”, dijo hoy “Chicharito”, que parece ya estar al cien por ciento tras haber entrenador diferenciado el lunes.
Bajo su mando, México intentará quedar a un paso de volver a ganar un título que ya levantó en 1999, aunque entonces jugando como local. Pero del otro lado está Alemania, una camiseta que tiene su propio peso independientemente de los futbolistas.