Pensé que era lo pior que me podría pasar: que volvieran con estos calorones los water cuts (cortes de agua), que se juera la luz y no tuviéramos el cooler (clima), o que no pasaran los carretoneros los domingos por la basura. ¡Pero algo hay peor! Que se patatee mi control remoto.
Qué es eso que me tenga que parar para cambiarle con mi dedito cada uno de los 100 canales que tiene mi tele en Reynosaville.
No me digan que empiensan que están en la glory cuando llegan a su little home y ven la tele, ya sea el National Geographic, o el History Channel, o ya de perdida el E Entretainment con las Kardashians.
Ya no puedo hacer el flip channels, o sea el zapping, el cambiar los canales como un rey en mi descanset. Ya no tengo ese power in my hands (manos).
Le digo mi problema a un güerco de mi work y me dice ansina que es mejor, porque así de perdida me tengo que parar cada vez que quiera cambiarle al canal y pos sirve para hacer algo de exercises y mover mis piernas entumidas. Que se pare su abuela, pensé.
Luego otro me dice que es lo más fácil del mundo usar un control universal. Que es a prueba de tontos. Pos aquí hay un soreco bien grande, o es el que me vendió el control o yo mesmo que no sé ni papa de las nuevas tecnologías.
‘Tons que me enconagino y me voy en bus para la Sultana del Norti, oséase Monterrey, pasé por Liverpool y me compré el mejor control del mundo, sin importar lo que costara.
Así que me dieron uno de Stern y ahí vienen las móndrigas claves que repites en el nuevo control, pero la tele bien rebeldona, como mula bien terca no me obedecía dando patadas y rebuznado la canija.
Me divisé como en la era de las cavernas, que andaba con el rabo tapado con un trapo y con un mazo pa’ darle a los animales para tener algo que comer.
Y luego sucedió algo de magia: podemos vivir sin la “idiot box” (caja zonza) porque así le dicen brody, porque te enajena y te hipnotiza como zombie, pa’ que no sepas usar la materia gris y te comas los cerebros. Y luego camines como sonámbulo diciendo “sí, López Dóriga, es cierto lo que dices, sí”.
Hasta Rosa María ya tiene su dedito índice carcomido, porque tuvo que picarle más de 300 veces al control, porque así endicen las instructions. Y nada que arregla la móndriga caja.
Y ya que andamos en elections, pos aquí les doy una repasadita de los géneros televisivos, de aquí en la border. Siéntensen bien a agusto:
TERROR. Cuando estás en un partido de beis y de repente a un pitcher le da una bala perdida en su cabeza.
TELENOVELA. Los candidatos del PAN y PRI, Cabeza y Balta, que se echan uno al otro, con tal de ganar votantes en los debates.
COMEDIA. Pensar que los nuevos gobernantes acabarán con los baches y water cuts en la border.
MUSICALES. La música de banda de mi vecino que me despabila en la morning y que me dan ganas de matarlo.
CONCURSOS. Los que hacen los candidatos prometiendo lo que no cumplirán, luego lueguito que acaben las campañas.
INFANTILES. Los chapulines colorados que andan brinque y brinque de partido en partido, con tal de amacizar un huesito.
DEPORTIVOS. Los juegos de los Broncos que en vez de ir a verlos jugar, la raza se la pasa chupe y chupe por puro pretexto. Bien deportivos.
DOCUMENTALES. Conozcan la ruta de los mojados, que llegan aquí a la border y los mandan de retache a Reynosa.
SERIES. Sepan en qué va lo de las balaceras en el National Geographic, porque nainden se escapa de ‘eas.
TALK SHOWS. Los que piensan que usar las redes sociales y decir mentadas los van a hacer ganadores como le pasó a “El Bronco” en Nuevo León.
NOTICIEROS. No se pierdan los próximos eventos en la border, donde no se publica nada de los semáforos rojos que ponen naranjas, quesque pa’ no asustar a la raza.
Y mientras tanto usté no deje de priocuparse, sígalei bien duro porque el zapping electoral promete estar a todo dar.
Si estaba el PRI, quiere estar el PAN, con las mismas mañas de los malos gobernantes. De qué sirve cambiar de partido, ya de perdido los del tricolor dan la cara de frente.
O mejor haga lo que usté quiera: al fin y al cabo, con su control remoto, le puede dar freeze (congelar) al candidato que quiera y cambiarle de canal, o si no mejor apáguele y lea el Media Hora, le hace bien a su cerebro.
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