Muchos aseguraron hace un año que con el triunfo del candidato independiente en Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, la reforma política era un éxito; la verdad es que como dicen en el pueblo “una golondrina no hace verano”.
La realidad es que estamos a un mes de confirmar si la figura “independiente” llegó para quedarse en México, o simple y sencillamente fue una moda social con resonancia alta en Nuevo León y de mediana o baja intensidad en entidades como Jalisco y otros.
Los hechos y lo complicado que le ha sido el inicio al gobernador de Nuevo León, aunado ante las altas expectativas sociales que no se han visto satisfechas, pueden afectar negativamente a todos los candidatos que bajo la bandera “independiente” buscarán el triunfo, mayoritariamente en las alcaldías de las 14 entidades en las que se realizarán procesos electorales.
Todo lo contrario, hubiera sucedido si el actual gobernador norestense ya estuviera encarrilado en el cumplimiento de sus principales ofertas de campaña, en la que la lucha contra la corrupción fue su bandera principal.
“Se acabó la fiesta para los bandidos”, gritó eufórico en su toma de protesta como mandatario de Nuevo León.
Más de medio año después, el ex gobernador Rodrigo Medina, sus familiares y principales colaboradores siguen disfrutando su tiempo libre, al tiempo que se muestran como “víctimas” de los ataques mediáticos, sin mostrar ninguna preocupación porque vayan a ser sometidos a proceso penal.
En contraste con lo que sucede en Sonora, en donde sin ser tan estridente, pero más efectiva, la ahora gobernadora, la priista Claudia Pavlovich, ya tiene muy avanzado y ha logrado acciones penales contra ex funcionarios del gobierno panista anterior.
Mismo tiempo en el gobierno, con resultados distintos entre un gobierno priista y un gobierno “independiente”.
Resulta sumamente interesante de que de los 10 candidatos registrados para buscar las gubernaturas de nueve estados, como son Aguascalientes, Durango, Sinaloa, Tlaxcala, Zacatecas, Chihuahua, Tamaulipas, Puebla y Veracruz, solamente tres de ellos provengan de la sociedad civil, ya que el resto son reciclados o conversos de otros partidos políticos.
Esto no resulta novedad, ya que el único gobernador independiente en México estuvo afiliado durante 33 años al PRI en Nuevo León, siendo que escasos meses antes de la elección del año pasado presentó su renuncia, al haber sido relegado por los operadores políticos del entonces gobernador Medina.
En las boletas del primer domingo de junio estarán 238 candidatos independientes buscando desde diputaciones locales, hasta alcaldías y gubernaturas, casi el doble de los 124 que lo hicieron en el 2015.
En las elecciones que vienen, la marca “independiente” estará representada en la búsqueda de 10 gubernaturas, 62 diputaciones locales, ocho a la Asamblea Constitutiva en la Ciudad de México y 158 presidencias municipales, estando aún pendiente definir quiénes cumplieron los requisitos en Oaxaca.
Aunque muchos de ellos buscan venderse ante el electorado como los “paladines de la justicia”, lo cierto es que para el Instituto Nacional Electoral no representan ninguna novedad, ya que los criterios de fiscalización de recursos, así como vigilar que no rebasen los topes de campaña, serán exactamente los mismos que los candidatos con partido.
De hecho, los aspirantes independientes ya pasaron por un primer filtro con la firma de un documento en el que se comprometen a respetar la Ley General de Procedimientos Electorales, para no recibir recursos financieros de manera ilícita, así como no estar sujetos a un proceso penal actual.
Lo cierto es que a un mes de las elecciones “preliminares” del 2018, la figura independiente sigue siendo una gran incógnita.
Pa’l baile vamos.
josecarrilloramos@yahoo.com.mx
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