Que bonito va a ser nuestro México ahora, que se la pasarán persiguiendo y castigando a pillos de cuello blanco, a gobernantes rateros, como acá conocemos a muchos del pasado y del presente.
Que la ola de la anticorrupción no pare, que se vuelva una costumbre fija en el país, que vayan por el gobierno municipal de Nuevo Laredo, el de ahora de Enrique Rivas Cuéllar y si se puede por los anteriores, que se les investigue y si les encuentran algo, entonces ¡Tronco vil!
Que la entrada en vigor del Sistema Nacional Anticorrupción, así como de la fiscalía espacial en cada entidad, no sea llamarada de petate, ni flor de un día, que tampoco se tuerza, ni le encuentren el modito para burlarlos.
QUE TIEMBLEN
Que en Tamaulipas y particularmente en Nuevo Laredo, el robo al pueblo se persiga como nunca en la historia del país, de la entidad y del pueblo.
Que México se torne agresivamente contra los funcionarios pillos.
Que esta medida haya llegado para quedarse, para cambiar la historia de México, para tornar a nuestro país y a sus autoridades implacablemente ejemplares contra la pillería y los actos deshonestos.
Que el país deje ser la nación mundialmente etiquetada como corrupta e impune, para pasar a ser una feroz, celosa y poderosa perseguidora y castigadora de los maleantes de cuello blanco.
ENRIQUE EL PRIMERO
Que Nuevo Laredo, el de Enrique Rivas Cuéllar (porque él cree que es suyo, que le pertenece o que puede hacer y deshacer a su entera voluntad, eso incluye el robar o disponer del erario y muchas cosas sucias más, malas todas ellas), se vuelva el más notorio escenario de justicia, donde se castigue a los hampones, como los que aquí en los últimos trienios, han dispuesto de más de 2 mil 500 millones de pesos anuales.
Pues para los ciudadanos ha sido un robo constante, ya que tan respetable suma anual, no destaca, no se note con la facilidad que tan elevada cantidad debería.
Que lo actuado por Gustavo Cárdenas, en el Congreso de la Unión prospere, que su punto de acuerdo para que se investigue a Rivas Cuéllar (y a Canturosas por lo que vemos) con lo de las cuentas del 2015 y 2016, sea efectivo y sobre todo que tenga consecuencia.
Que el Congreso local, o sea, la legislatura tamaulipeca -también a petición u observación suya de Cárdenas Gutiérrez-, tome cartas en el asunto, sobre los manejos del erario, en esta administración de Enrique Rivas y si se puede, en la anterior o pasadas.
Que la nula rendición de cuentas y que la inexistente transparencia en el manejo del dinero del pueblo -dos cosas diferentes-, le sean reclamadas y si corresponde, ejemplarmente castigadas a Enrique Rivas Cuéllar.
ES LA HORA, PAÍS
En serio que como nunca en 217 años, esta es la hora de cambiar al país.
Ya no debe de haber marcha atrás, ni desaprovechar este paso dado.
Que lo conseguido hasta ahora -aún ante tanta adversidad de parte de los partidos políticos- no se desaproveche.
Este, creemos es el último llamado para tratar de hacer las cosas bien, en pro del país, de todos los mexicanos.
Si esto no resulta, entonces ya todo se habrá ido al caño para siempre.