Comenzaré con varias preguntas: ¿Por qué amamantar se ha convertido en un tabú? ¿Qué nos llevó a ver mal que una mujer se destape el seno para brindar leche materna a su hijo? ¿Por qué las madres no cuentan con lugares higiénicos para amamantar o extraerse la leche?
La lista de cuestionamientos podría crecer, ya que existen muchos factores negativos en torno a la lactancia, mismos que en lugar de fomentarla, generan obstáculos que la inhiben o provocan la disminución de madres que desean brindar el mejor alimento que existe a sus bebés.
Entre los factores que han reducido el número de mujeres que deciden amamantar podemos mencionar la presión de la familia, falta de información, la “comodidad” de las fórmulas y los factores laborales.
Y es que a pesar de que en la Ley Federal de Trabajo, en su artículo 170, fracción IV, indica que las madres trabajadoras tienen derecho en el periodo de lactancia, hasta por el término máximo de seis meses, a dos reposos extraordinarios diarios de media hora cada uno para alimentar a sus hijos o extraer la leche en un lugar adecuado e higiénico que designe la empresa, son pocas las empresas que cuentan con lactarios.
Las madres que amamantan o requieren extraerse la leche en sus trabajos terminan haciéndolo en el baño, en las condiciones más insalubres o en alguna bodega, cuando este proceso debería de ser considerado un ritual sagrado.
La misma ley señala que de no contar con este tipo de áreas en los centros laborales se deberá de llegar a un acuerdo con el patrón para reducir una hora su jornada de trabajo durante los primeros seis meses, con el objetivo de lograr la lactancia exclusiva que es recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, el cumplimiento de estas normas son vistas por las madres que amamantan como “misiones imposibles”. A pesar de ello tras enormes sacrificios y mucha determinación, una gran cantidad de mujeres logran brindar el más nutritivo alimento a sus hijos, y las hay quienes lo logran no sólo por seis meses sino hasta por uno o dos años.
Ojalá poco a poco las mujeres trabajadoras exijan las adecuaciones necesarias en sus centros laborales con la finalidad de ir cambiando la mentalidad de todos y todas entorno a la lactancia, ya que con ello se lograría tener a los niños saludables e inmunes a diversas enfermedades lo que beneficiaría no sólo a los padres sino también a los patrones.
¡Hasta la próxima!