Carlos Enrique Canturosas Villarreal, con un sobrio, austero, humilde y sencillo Segundo Informe de Gobierno municipal a realizarse en la sala de cabildo, el miércoles 9 de septiembre, sentará precedente y bajará de la nube a próximos alcaldes.
El hombre llegará a las 11:00 de la mañana a la Sala Niños Héroes de presidencia municipal, dará lectura a las actividades realizadas por su administración en el año intermedio de su trienio y san se acabó, ¡media vuelta! ¡Ya! ¡Vaaamonos!
No dilapidará el dinero del pueblo, adornando por todo lo alto el Centro Cultural Nuevo Laredo, con kilométrica alfombra roja, coronada con un tapanco para subir él y su esposa y que desde lo alto, todos pasen al “besamanos”, vergonzoso acto de salutación, de más de una hora de duración, así ha sido cada vez, año tras año.
Por cierto que en reciente gobierno anterior, su titular fue más allá -en gastos y en ridiculeces- y cambió toda la decoración, ya no fue de rojo púrpura encendido, como premiación hollywoodense, sino la puso morada y lila, con carpeta, cortinas, moños, pendones, listones, velos, adornos y cientos de miles de pesos tirados a la basura, para convertir sólo por tres horas, el recinto oficial, en un churrigueresco insulto a la ciudadanía.
Ya no más de cinco horas de desfile de “celebridades”, pues en promedio, todo el evento, desde los prolegómenos, hasta el último saludo de felicitación al alcalde y a su señora, tenía esa duración, pues obligados estaban a desfilar ante sus “majes… tades”, todo el lambiscón de la política, incluidos más de 500 proveedores y contratistas.
Ya se acabaron los eternos eventos con una lista de invitados, procedentes de Ciudad Victoria, más bien, de todo el estado, e incluso de la Ciudad de México, con hotel y alimentos (y bebidas) para “tan distinguidos personajes” y su séquito de vividores.
QUÉ BUENO, SEÑOR ALCALDE
Entre más sencillo (el informe y todo lo que del gobierno se trate), más aplaudido por los ciudadanos.
Esta vez, cada nuevolaredense, desde la paz de su hogar, su coche o su centro de trabajo, para sí mismos, agradecerán tal gesto de sobriedad.
A sabiendas de que serán muchos pesos ahorrados, dinero que debe y sin duda, será empleado para cosas más productivas, para verdaderas necesidades de la ciudad.
¡Excelente! La idea de la austeridad y parquedad, aterrizando la realidad de una ciudad, un acierto más de Carlos Enrique Canturosas Villarreal.
Este alcalde pondrá la canasta muy baja o más bien dicho, demasiado complicada para los políticos que sueñan con convertirse en los reyes del pueblo y demostrar a propios y extraños, su poder, su “buen gusto” a través de dispendiosos eventos propios de la realeza.
Pues han de saber estimados lectores, que informes de gobierno municipal de administraciones anteriores a la actual, han estado aderezados de opíparas viandas, acompañadas de europeas bebidas burbujeantes, en festines privados o de “cuadro chico”, inmediatamente después del “besamanos”, en sitios muy reservados.
Y POR LEY SEA ASÍ
Ojalá que este nueve de septiembre sí sea muy sencillo el acto de lectura del Informe de Gobierno, pero más deseamos, que en lo sucesivo, sea tarea obligada de todo munícipe, tal sobriedad.
Cachetada con guante blanco, la de CECV a lo ocurrido apenas el sábado 22 de agosto, en el Centro Cultural, donde el diputado plurinominal priista (no elegido por el voto del pueblo, sino impuesto por su padrino el gobernador Egidio Torre Cantú), realizó un evento de su informe legislativo.
Ramiro Ramos Salinas pagó la renta de 10 camiones urbanos y de transporte de personal de maquiladoras, costeó el combustible y el sueldo de los choferes, para llevar a niños y señoras de las más humildes colonias de la periferia, para llenar el sillerío de la planta baja del teatro principal del pueblo.
Además tuvo invitados priistas de Ciudad Victoria, Mante, Reynosa y otras ciudades del estado.
Ni un alcalde, ni un diputado, ni un gobernador, en Tamaulipas, como mandatarios (son mandados por el pueblo) tiene el permiso de sus superiores (el ciudadano común) para tirar el dinero de todos.
Ojalá lo de ahora de Carlos Canturosas Villarreal, sea bastante discreto y se establezca como obligatorio para subsecuentes alcaldes.
Y que lo imiten otros funcionarios o servidores, como los diputados.
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