Efectiva, eficaz, de buena respuesta ciudadana, ha sido considerada –por el personal burricipal, lógicamente- la línea Quejatel, para denunciar a malos funcionarios y otras marranadas de la burocracia. Se han recibido 12 quejas y se han resuelto todas, no han corrido a nadie, o no lo dice la página oficial de La Yunta, o no la han actualizado. En fin, lo que sea, vale cacahuate.
SE VAN A HERNIAR
Una docena en casi cinco meses (145 con el de hoy) a razón de una denuncia cada 12.08 días. Aquí solo hay dos sopas; o tenemos una administración casi perfecta; o al pueblo le importa un soberano rábano la tal línea Quejatel, el gobierno municipal y cada uno de los changos y monas que comen del erario. Optamos por apostarle a la segunda, a sabiendas de que el ciudadano no va a andar perdiendo su valioso tiempo en estas Evenfladas.
NIÑO MALO, NIÑO MALO
Los invitamos amables lectores, a que llamen al teléfono número 712-1037, para presentar su queja contra cualquier sanababiche empleado suyo –sí, suyo de usted estimado ciudadano contribuyente, porque usted es quien paga el sueldo y las prestaciones de ese batracio infame o de la sapa desgraciada que le atiende con cara de Popo…catepetl. Y sépase usted, que nos los van a correr, si acaso les dirán “niño malo, niño malo”, hasta ahí la reprimienda.
HABLANDO DE NEFASTOS
Que el Congreso Cuerudo, capacitó al –jiar, jiar y más jiar- personal de 15 áreas que integran la Sexagésima Tercera Legislatura con el objetivo de cumplir en tiempo y forma con las nuevas obligaciones de transparencia establecidas en las Leyes de esta materia. Estos batos y morras, sí que no tienen vergüenza.
ME RÍO DE JANEIRO
Primero que vayan al pedicurista, para que se mochen con machete, esas gachas pezuñas reforzadas que se cargan los 36 vividores. Y luego que se capaciten ellos mismos, antes que al personal del congreso. De plano que ya ni la burla perdonan. No conocemos un solo diputado de ayer y de ahora, que dé a conocer hasta el último penique que se embolsa.
TIRONES Y ESTIRONES
Mucho menos tiene noción el simple mortal, de los pingües trinques que se avientan, con motivo de la curul a donde van a posar sus tepalhuanas, solo dos días a la semana, por únicamente seis meses en el año ¡o quizá menos! Así que por favor, Carlitos, Glafirito y Brendita, mejor déjense de tirarse esas elongadas bárbaras que se avientan, que calladitos se ven menos bandiditos.
SIN QUE SE OFENDAN
¿Nos veremos mal si borramos de nuestras listas de contactos en Facebook y Whats App a unos changos y monas sin que hacer (gente de ambos sexos) que te mandan 50 cosas en el día, cada uno de ellos? Peor tantito, de las 50 babosadas que envían, 49 no sirven ni para maldita sea la cosa. Y eso que se las copian a otros babas.
NO SE MOLESTARÁN
Afortunadamente solo tenemos feis y whats, porque si tuviéramos Instagram Twitter, Snapchat y otras, ya nos hubieran quedado los “dedulces”, sin huellas dactilares, de borrar tanto mugrero. Repito la pregunta, ¿tales personitas no se molestarán si se ven borradas de nuestra lista de “interesantes y muy estimados amiguitos?
NO LA JODAN
A muchos no los conocemos, han de ser afortunadas personas jubiladas, gente que ya tiene su vida asegurada y resuelta. Pudiera ser raza sin chamba, con 24 horas para estar fastidiándoles la vida a otros. Quizá sí tengan jale, pero lo descuidan todo el santo día, para estar metidazos en este rollo de tirar verbo por escrito. Que se diviertan, que se distraigan, ¡perfecto!, pero que lo que reenvíen, valga la pena. ¿Qué hacer, sin ser un servidor el malo de la película?
UNA BUENA
Lo ideal sería en Nuevo Laredo, -que como ahora se acaba de votar en San Francisco, California, para imitar a ciudades cono Austin, Boston, Filadelfia y Chicago, entre otras rancherías gringas-, se prohíba la venta de animales, como perros y gatos. Las mascotas se tienen que adquirir en albergues y perreras municipales. Nada de lucro en ese asunto. Y es que en nuestro pueblo, ya está de la fregada ese asunto.
SEÑORES TAQUEROS
O de lo contrario, que los señores taqueros del rancho, se pongan las pilas y le den una buena batida a la ciudad. ¡Uppps! Parece que se nos chisporrotearon las ideas. Es como si una fuerza extraña hubiese manejado nuestros dedos y nos forzase a teclear estas diarreas mentales, sobre los lindos perritos y los adorables mininos. No nos hagan mucho caso, nada más tantito.
LA CIUDAD DE LOS NO
Pero la neta, ya no se puede con tanto animal (de cuatro patas, diría Vicente Fox), esto de la proliferación perruna y gatuna, ya raya en una enfermedad, nos causa tanto mal, en serio que ya es un problema general de salud. Solo que en Nuevo Laredo no se pueden acabar las llantas inservibles, controlar a los animales “domésticos”, ni tapar todos los baches. Vivimos en la ciudad de los “no se puede”, como aquel programa de Héctor Suárez “¿Qué Nos Pasa?”.