Llega un bebé a la vida de una pareja y obviamente trae consigo muchos cambios, comenzando por las prioridades, horarios y costumbres, entre otras. No obstante, un punto también muy importante es la cantidad de artículos nuevos que tendrás que adquirir para la llegada del nuevo integrante de la familia a tu hogar.
Debo confesar que durante mi embarazo nunca me había sentido tan abrumada como el fin de semana pasado cuando conocimos al “Wal Mart del bebé”, como lo describió una amiga y realmente no se equivocó.
Enfrentarte como mamá primeriza a los cientos de productos con decenas de marcas y precios que ofrecen en un tienda especializada en recién nacidos es impresionante. Primero porque algunos ni siquiera sabes para qué se utilizan y, segunda, de imaginarte que una personita que llega a este mundo pesando cerca de 3.5 kilos y midiendo menos 50 centímetros, quiera de tantas cosas.
Me sorprendió el inmenso mercado de bebés que en cuestión de minutos te invita al consumismo derrochador de una manera asombrosa y prácticamente inmediata, porque obviamente no quieres que nada le haga falta a tu bebé.
Sin embargo hubo un momento en que ya no sabía qué ver, revisar o pretender comprar. Es impresionante cómo pueden existir tantos y tantos productos que son “indispensables” para que nuestro recién nacido se sienta cómodo.
Al recorrer cada uno de los anaqueles de la tienda también recordé que nuestras madres no necesitaron de tantos artículos para cuidarnos.
En décadas pasadas bastaba tener un buen tallador para lavar los pañales de trapo, una olla para esterilizar los biberones de vidrio o plástico, otra vasija de buen tamaño para bañarnos y una carreola de “bastón” para pasearnos.
Pero ahora los tiempos han cambiado y con la infinidad de análisis de los productos para bebé, llegas a pensar que necesitas comprar todo en pro de su bienestar.
Desde un aparto que calienta las toallitas húmedas para limpiar al bebé, un cesto de basura que embolsa herméticamente los pañales desechables, un esterilizador protegido con cubiertas que evite la contaminación de los biberones, una bañera con protecciones especiales y termómetro que mida la temperatura del agua, hasta una súper carreola tipo “Transformer”, que por su costo prácticamente pasea y arrulla sola al bebé.
En fin creo que esto apenas comienza, así que mamás primerizas bienvenidas a la realidad y a elegir correctamente lo que vamos a utilizar.
Por cierto se aceptan todas las sugerencias.
Hasta la próxima…
paoalmarazo@hotmail.com
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