Los dirigentes Florentino Sáenz, Humberto Valdéz y Efraín de León, de la Central campesina, Movimiento Territorial y Organizaciones Populares del PRI estatal preparan una carta abierta donde expondrán las razones por las que su instituto político no debe quedarse al margen de las discusiones que ocurren en un ambiente difícil en el país y donde hace falta nombrar a la nueva dirigencia que marque la ruta a seguir con miras a las elecciones del año venidero.
Los tres personajes tuvieron una reunión en un restaurante de la capital victorense este miércoles donde acordaron elaborar un escrito en el que plantearán su postura como cabezas de tres agrupaciones del tricolor que requieren se defina quiénes dirigirán a este instituto político.
El PRI tamaulipeco atraviesa una época difícil porque después de la derrota ocurrida en junio pasado no han logrado ponerse de acuerdo acerca de quiénes integrarán el Comité estatal.
Aunque han surgido algunos nombres como los diputados Edgar Melhem y Alejandro Guevara, e inclusive Manuel Muñoz (con fuerte olor a Eugenio Hernández) pareciera que ninguna de estas propuestas es lo suficientemente atrayente para que logre aglutinar a los divididos militantes y simpatizantes que andan cada quien por su lado porque no hay quién los cohesione en un proyecto de restauración de su partido.
Pareciera que esa modorra ya cansó a los mencionados líderes de sector que ahora sí quieren ponerle el cascabel al gato, con lo que eso conlleva porque en estos tiempos turbulentos a veces resulta que es mejor opción mantener perfil bajo, aunque su partido se esté deshaciendo frente a sus ojos.
EL NO ABRAZO
O el “No al Abrazo”, es la campaña iniciada en Nuevo Laredo para protestar por las acciones y amagos de Donald Trump de invadir con tropas estadounidenses a México amén de otras groserías, Jorge Valdéz, ex candidato a la gubernatura por el PRD dirigió una carta al mandatario Francisco Javier García Cabeza de Vaca y al alcalde nuevolaredense Enrique Rivas para que cancelen esta tradicional ceremonia que se celebra en el puente internacional Juárez-Lincoln que sella la amistad entre ambos Laredos.
Debido a la crisis en las relaciones entre ambos países se considera que México no debe participar en esa ceremonia para hacer ver el descontento que existe contra las medidas impuestas por el nuevo mandatario estadounidense y que son apoyadas por el gobernador de Texas.
En la ceremonia del abrazo se acostumbra cada febrero que participen autoridades y representantes de los tres niveles de gobierno de ambos lados de la frontera.
Uno de los momentos más emblematicos es cuando niños nacidos en Estados Unidos y México se funden en un abrazo en señal de amistad con motivo de las fiestas de George Washington llevando trajes representativos de ambas naciones.
El abrazo de buena voluntad se ve ensombrecido por los desplantes y faltas de respeto del impresentable Trump.
La solicitud probablemente no será atendida, pero queda para la posteridad que alguien se atrevió a solicitar la cancelación de esta ceremonia en la que, años atrás, a su término se permitía entrar a los asistentes sin documentos a Estados Unidos. Hoy eso es impensable.
Las cosas han cambiado para mal, en lugar de estar mejor coordinados y vivir en armonía se levanta un muro que divide a estos dos países con las consecuencias que ya estamos viendo como el hecho de que una señora, Rosa Siller, devolvió su visa en el consulado estadounidense en Hermosillo, Sonora, acompañada de una carta donde protesta por el maltrato del mandatario estadounidense al pueblo de México.
Acciones y actitudes tan dignas y resueltas como esta nos está haciendo falta.
Veremos qué responden tanto Rivas como FJGCV a la solicitud del ex candidato perredista.
Y HABLÓ ZEDILLO
En un texto publicado el miércoles en el periódico español El País, el ex presidente Ernesto Zedillo, que se había mantenido lejos de la polémica ente Estados Unidos y México decidió escribir su opinión acerca de esta crisis:
“ Mi país debe estar dispuesto a utilizar todos los instrumentos legales posibles, en particular los que ofrece la Organización Mundial de Comercio (OMC), para oponerse a cualquier actuación arbitraria e ilegal. (…) En cuanto al muro en la frontera, es evidente que el Gobierno mexicano no puede hacer gran cosa para que Estados Unidos aplique unas políticas de inmigración más liberales; son una cuestión interna aunque tengan consecuencias para otros países, empezando por México. (…)Decirle todo eso al presidente Trump no sirve de nada; el muro parece ser otra de sus obsesiones y, si el Gobierno estadounidense quiere aumentar su deuda nacional construyendo un elefante blanco en su propio territorio, eso no es problema de México. Lo que sí rechazamos, en cualquier circunstancia, es que se utilice un solo centímetro de nuestro territorio para levantar una estructura tan abominable.
Todos los mexicanos apoyan al presidente Peña Nieto cuando le dice al presidente Trump que no vamos a pagar su extravagante, insultante e inútil proyecto.”
Zedillo se tardó, pero reaccionó.
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