Se dice que los artistas son excéntricos, zafados y cualquier adjetivo que se da a alguien que tiene su propia realidad fuera de la que vive el resto de los mortales. Y ésta condición que se les atribuye no está lejos de la verdad ya que los psiquiatras lo afirman, pues además que se han estudiado diversos casos de personajes representativos actuales e históricos que lo constatan, recientemente estudios científicos lo comprobaron.
Eugenio Salvador Dalí, el artista plástico surrealista español, dijo que la única diferencia de un loco a él es que el loco piensa que no lo está, mientras él sabe que sí lo es, afirmando así que es un demente consciente de su condición.
Un estudio ya conocido por el mundo del Instituto sueco Karolinska que se realizó con la finalidad de encontrar métodos para tratar las enfermedades mentales en el 2011 a más de un millón de personas, descubrió que quienes trabajan con la creatividad son quienes están más propensos a de sufrir enfermedades mentales.
Algunos pensarán que son los pintores, escultores y probablemente escritores quienes mantienen la relación de creatividad con locura, pero los bailarines, fotógrafos, científicos e investigadores también son parte de las estadísticas, siendo los escritores los más locos, por así decirlo. Inclusive que el 50 por ciento de ellos puede llegar al suicidio, principalmente por esquizofrenia.
Las enfermedades mentales que aquejan a nuestros seres creativos son la bipolaridad, ansiedad, esquizofrenia, anorexia nerviosa, depresión, déficit de atención, y otros abusan de sustancias prohibidas; pero los críticos e historiadores opinan que sus mejores trabajos son los que se realizan en los momentos de lucidez mental y sin sustancias en su cuerpo, deduciendo que el poder creativo es un don que les pertenece y no es gracias a drogas o enfermedades mentales.
Los enfermos de esquizofrenia y los creativos comparten la falta de filtros para procesar la información que llega a su cerebro, lo cual les hace salirse del molde y pensar fuera de lo común y tener un comportamiento desinhibido.
Una máxima del pintor Pablo Picasso es que el peor enemigo de la creatividad es el “buen” juicio, lo que nos habla de su manera de pensar “fuera de la caja”.
Otro caso extremo de alguien revolucionario y rebelde que vivió en el inicio del siglo XVIII, conocido como el siglo de las luces, fue el controvertido Marqués de Sade, considerado como el precursor del surrealismo, quien armó un escándalo en París de 1749, primero por sus acciones fuera de lo común y, después por sus escritos como 120 días de Sodoma y Los infortunios de la Virtud, entre otras.
Son personas sensibles a la realidad en extremo, además de reflexivas que a veces prefieren sumergirse en su propio mundo de donde surge un submundo que le permite crear su propia visión de lo que ven y acontece, sustrayendo de sí mismos sus ideas por medio de sus obras las que luego perfeccionan a través de técnicas que dominan y que también le representa retos al intentar plasmar lo que “ven” dentro de su mente, como manifestó el pintor Paul Cézanne: el ojo absorbe…el cerebro produce formas.
Lo anterior lo reafirman otros muchos artistas y aquí uno de los ejemplos de Picasso: “Los surrealistas tenían razón en esto. La realidad es más que la cosa en si. Yo siempre busco la surrealidad. La realidad es cómo se ven las cosas… Un pintor que copia un árbol rehusa ver la realidad. Yo veo las cosas de otra manera. Una palmera puede convertirse en un caballo”.