El tema de Iguala está siendo aprovechado por César Camacho, dirigente del PRI nacional, para enfilar sus baterías contra Andrés Manuel López Obrador, quien ante la evidencia de su foto en Twitter con el ex alcalde del municipio guerrerense y su esposa ha tratado de minimizar el hecho al decir que no se acuerda de haberse tomado la fotografía.
Pero hay correligionarios suyos que le están recordando que hablaron con él acerca de los antecedentes turbios de José Luis Abarca a quien la PGR está culpando de la desaparición de los 43 normalistas, pero en este caso (sin defender al indefendible ex alcalde), la autoridad federal está actuando igualito que cuando sucede un accidente de tránsito, donde normalmente se opta por endilgarle la culpa al muerto y literal, la oficina de Jesús Murillo Karam ahora dice que los estudiantes estaban de acuerdo con otro grupo delincuencial para irle a echar a perder la fiesta a la esposa del alcalde.
La historia no termina ahí, porque resulta que Enrique Peña Nieto, Rosario Robles y Miguel Ángel Mancera, también están en fotografías con Abarca, por lo visto el político perredista guerrerense “abarcó” a toda la clase política del país sin distingos de partidos.
Las redes sociales se han convertido el gran censor y la memoria colectiva de los políticos desmemoriados que “olvidan” sus nexos con personas de dudosa calidad moral.
Y para quien no esté preparado, en la siguiente elección federal la arena donde se diriman las diferencias será el ciberespacio, ahí nadie está exento de que los descobijen.
Todos los políticos y políticas, todos y todas, tendrían que cuidar con quiénes se toman fotografías, quién los acompaña en los mítines, sus amores extraviados tendrán que esperar en las sombras, so peligro de que los descubran y se les venga abajo el tinglado de honorabilidad y fidelidad que acostumbran construir a su alrededor como seres casi angelicales.
Y luego están las conexiones con gente del hampa, muy común también en estos casos. Se toman fotografías con “everybody” diría un político que precisamente por ese motivo ahora anda a salto de mata, y las consecuencias están a ojos vistas: el desprestigio creciente de una clase política mexicana que no está a la altura de las demandas de la población.
Andan perdidos en conversaciones fútiles, en reuniones divertidas, lejos de sus responsabilidades para las que fueron electos, mientras los problemas de inseguridad y económicos crecen exponencialmente.
Por todo ello, la elección del 2015 y 2016 será resuelta no en las urnas, sino en las redes sociales, igual que sucede actualmente en el tema de la inseguridad donde los cibernautas encuentran respuestas al silencio oficial que no los alerta adecuadamente de lo que sucede a su alrededor para que se protejan.
LA FRASE:
“Esto no es mover a México; es el México viejo de corrupción”: The Financial Times.
Primero fue una publicación estadounidense, ahora una inglesa, y el vocero del departamento de Estado de Estados Unidos, quienes se unen a la reclamación a Enrique Peña Nieto que ni siquiera haya ido a Iguala, Guerrero a conocer de viva voz las demandas de los padres de los estudiantes desaparecidos.
Instruir al gabinete de seguridad no es suficiente, pero no nos extraña, Peña Nieto no se caracteriza por reaccionar a tiempo cuando se le viene una crisis de gobierno.
“Esto no es ‘Mover a México’, el nuevo lema del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto -agrega el artículo-. Este es el México viejo, donde las autoridades locales son ineptas, corruptas, o están en connivencia con el crimen organizado; y donde la vida es barata y la justicia difícil de alcanzar”, recoge el portal Animal Político de la revista inglesa.
Y critica que mientras Felipe Calderón por lo menos enfrentó las críticas de las madres de los jóvenes asesinados en Ciudad Juárez, Peña Nieto no ha dado los pasos correctos para entablar comunicación con los padres de los 43 desaparecidos.
Las reformas que impulsó el actual gobierno no están sirviendo de coraza para quitarse las críticas de autoridades y medios internacionales por el manejo de la crisis de seguridad en México.
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