Luego de una experiencia nada agradable, comparto unos tips para cuando vayas a usar por primera vez (ojalá no muy pronto) un seguro de gastos médicos mayores, sobre todo cuando sientes que tu aseguradora te va a tratar a “cuerpo de rey” porque eres cliente VIP.
1.- Elige bien el hospital donde te vas a internar, pues en Monterrey hay algunos como el Doctors Hospital (DH) que, aunque vayas agonizando, no te pondrán una inyección ni te untarán una pomada en las nalgas sin antes tener la autorización de Seguros Monterrey.
2.- No se te ocurra enfermarte el fin de semana, porque después de casi 48 horas internado un encargado de Relaciones Públicas entrará a tu cuarto y te dirá que las aseguradoras también tienen derecho a descansar sábado y domingo, y que la autorización para “meterte el cuchillo” será hasta el lunes.
3.- Obviamente, ante esa nefasta sinceridad, lo primero que harás es evitar un infarto del coraje y casi te arrancas esa batita que deja al descubierto tu trasero. Pero eso no es todo: no podrás dejar el hospital sin antes “apolingarte” a pagar la cuenta que supera un fin de semana en la Riviera Maya.
4.- Una vez que contaste hasta mil en tu casa, lo primero que se te viene a la mente, aparte de adelantarle el 10 de Mayo a medio mundo, es cancelar los seguros que vienes pagando desde hace muchos años. Y cuando le mandas un “guasap” a tu asegurador te responde: “No te conviene, perderás dinero”.
5.- Ah, y recuerda que tu asegurador es también de carne y hueso y tiene derecho a divertirse y no responde tus mensajes cuando estás que revientas de coraje e impotencia. Y durante casi doce horas pone su celular en modo: “Boda de mi hijo, favor de no molestar”.
6.- Y cuando quieres recuperar el cheque que pagaste al hospital porque tu aseguradora -¡por fin!- ya autorizó entrar al quirófano, cuenta de nuevo hasta mil porque corres el riesgo de tener un múltiple infarto. Pasarán unos cuatro días para que tengas tu devolución en un 95 por ciento.
7.- Por último, en tu casa y en plena recuperación, valoras el esfuerzo que hacen tus patrones para pagar las cuotas de sus empleados del Instituto Mexicano del Seguro Social que, con todos sus inconvenientes e incomodidades, saturación de derechohabientes, falta de camas y medicina al menos no pagas para exhalar tu último suspiro.
…. Y de los corajes, pues esos ya los sufriste y padeciste desde la primera vez que pisaste una clínica familiar del IMSS.