El haberse salido con la suya Enrique Peña Nieto en la pasada asamblea nacional del PRI, no solamente lo consolidó como el jefe de jefes en el precitado partido sino que según Laredo y Asociados aumentó tres puntos en su aprobación ciudadana que ahora lo trae navegando con un 28 por ciento, un porcentaje que no es como para andar cantando pero cuando se trata de avance, cualquier cifra anima y más cuando es para emprender lo que parece imposible: prorrogar el arrendamiento de Los Pinos.
Mientras, por aquí Oscar Luebbert Gutiérrez denuncia intromisiones de agentes externos en el proceso de renovación del Comité Directivo estatal del PRI, y Luebbert que nunca ha sido mitómano, si lo dice por lo menos cuenta con presunciones, aunque él bien sabe que los anteriores ocupantes del Palacio de Gobierno de Tamaulipas hicieron lo mismo.
Los gobernantes, por obvias razones hasta en los partidos de enfrente quieren tener amigos o incondicionales y así montar pleitos arreglados en las elecciones. Luebbert, es evidente que estorbaría en las nada sorprendentes concertacesiones o al menos no sería tan fácil arreglarlo, y de ahí la serie de misiles mediáticos a cuya tanda se sumó hasta Ricardo Anaya.
Pero bueno, el próximo domingo los tricolores decidirán quien será su dirigente estatal y si el dos veces ex alcalde reynosense entre otros ex, es el electo, los azules van a tener muchas complicaciones en julio del 2018 sobre todo en Reynosa, en donde a Maki Ortíz unas veces la miman y otras la ciscan, y por si fuera poco, el efecto López Obrador va a estropear las cuentas o cálculos tanto del PRI como del PAN.
En síntesis: nada nuevo bajo el sol en esto de practicar política por Tamaulipas, pero ya es martes, qué juegazo el de los chavitos de la Treviño Kelly, como de Liga Mayor y la diferencia fue un hit que no pudo atrapar el jardinero, porque ambos equipos sólo pudieron conectar un hit, y hoy a las dos de la tarde van por el desquite con el representativo de Venezuela.
A echarles porras. Que la pasen bien.