El título de esta columna tiene un gran peso en mi vida personal y profesional. No solo representa una bonita combinación de conceptos, sino también es la manera de visualizar nuestro presente y el futuro de quienes están a espaldas, generacionalmente hablando.
La historia es el fundamento formal y material más palpable e inmediato con lo que contamos los seres humanos. Equivocarnos cuesta y tiene sus consecuencias en nuestros actos.
Tener la oportunidad de hacer algo por la camada que viene atrás de nosotros es tan importante como invertir en la educación de nuestros hijos; es la manera de poder tener una ciudad mejor y ciudadanos mejores.
Nuestro país vive momentos difíciles, es cierto, siempre ha tenido grandes problemas, pero hoy se agudizan con la violencia tan atroz que sufrimos y eso hace que se recrudezca nuestro presente y que nuestro futuro se visualice más complicado.
Sin embargo ya no estamos en condiciones de saber quién o quiénes fueron los culpables de esta situación, para eso existen quienes deben de hacer cumplir la norma jurídica y exigir que se lleve a cabo.
A nosotros nos corresponde impulsar a una nueva generación de grandes mexicanos que va a depender de nuestra capacidad de realizar proyectos a largo plazo o, de lo contrario, nuestro fracaso será mayúsculo.
O generamos grandes mexicanos o esos prospectos de hombres y mujeres se convertirán en los próximos grandes delincuentes; abarcando y ampliando los rubros de la delincuencia.
Porque la delincuencia no solo es el crimen organizado; el activista de la maldad –si me permiten ese término- se encuentra en cada rubro que nosotros dejemos escapar.
Evitemos que exista una generación sin rumbos claros y objetivos concretos.
Tenemos un gran elemento para combatirla, son los hombres y mujeres de experiencia, que les tocó vivir un cambio radical de gobierno, de modernización, de educación y de moral.
No exagero cuando digo que mi generación tiene una gran responsabilidad y que el futuro inmediato de nuestro país y su gente va a depender de nuestras acciones o decepciones.
Requerimos afiliarnos cada día más a nuestras raíces, a nuestra familia, a nuestras creencias y no perder la esencia de nuestra formación.
La responsabilidad generacional es un compromiso solidario que va a depender de no perder la capacidad de asombro ante hechos que no deben de ser comunes u ordinarios, además de no dejar de soñar con tener un mejor gobierno y un mejor espacio en nuestras vidas.
Heberardo González Garza
Presidente de la Fundación Colosio A.C. Reynosa
www.fundacioncolosioreynosa.org.
Discussion about this post