Diez años son muchos y más cuando se trata de mantener vigente una lucha sin sentido: mexicanos contra mexicanos peleando una guerra que no nos corresponde y que sin embargo ha dejado más de ciento 60 mil víctimas en nuestro país, muchas más que las de la guerra entre Estados Unidos e Irak, según establece la carta que enviara, según se afirma, Enrique Peña Nieto a Donald Trump cuando le comunicó que no asistiría a la reunión para la negociación del Tratado de Libre Comercio.
En ese mismo texto se señala que México responde a las necesidades de los estadounidenses que consumen grandes cantidades de estupefacientes y se queda con las armas que son usadas para asesinarse entre sí los grupos delictivos, para enfrentar las incursiones de los cuerpos de seguidad, generando las víctimas inocentes de esta guerra estéril.
En la columna del lunes comentaba que el gobierno federal parecía le había dado carpetazo al plan de apaciguar las 50 ciudades más violentas de México, entre ellas Ciudad Victoria y Nuevo Laredo, pues bien, el martes Miguel Ángel Osorio Chong sale con una nueva propuesta que implica fijar tiempos para que los cuerpos castrenses dejen de hacer las actividades de seguridad pública y que sean los municipios y estados los que fijen la capacitación y creación de cuerpos de policías acreditados.
Para ello se firmarán convenios con los municipios y estados, donde se delimitarán las reglas a seguir, pero el acuerdo lleva truco, quieren que se apruebe la Ley de Seguridad Interior que implica darle atribuciones al ejército y la marina de incursionar en campos destinados hasta ahora a autoridades civiles.
Osorio Chong asegura que con la nueva ley “no es la intención de este gobierno militarizar al país, es la coyuntura que se está viviendo y es importante entenderlo”.
Su presencia ante los senadores priistas llevaba el objetivo de lograr el apoyo para aprobar una ley que no ha sido puesta a consideración de la población mexicana.
Así como Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray se fueron por la libre para invitar a Donald Trump a México sin consultar a la ciudadanía, hoy el gobierno federal pretende que se apruebe una legislación que vulnera los derechos de las ciudadanas y ciudadanos de manifestarse, da carta abierta al ejército y la marina para que hagan labores de espionaje sin rendir cuentas ni al senado ni a la cámara de diputados.
Además quien se haga cargo de esas labores de coordinación será alguien del ejército, que rendirá cuentas al presidente de la República mediante un reporte que se le hará llegar a través del Secretario de Gobernación.
Ese coordinador que será llamado Mando Único tendrá en sus manos todo el poder de manejar a los cuerpos de seguridad federales, estatales y municipales.
En el texto se indica que para que se declare la participación de este coordinador será a solicitud o sin ésta, de los gobiernos de los estados y por el presidente de la república.
Pero entre las amenazas que serán tomadas en cuenta para ejercer esta incursión de alta seguridad es la pobreza y los cambios en el medio ambiente, algo que golpea a México.
Los aspectos considerados para aplicar esta medida de sacar a los militares de los cuarteles y a los marinos de sus barcos son discrecionales y muy amplios.
La aprobación de esta ley debería ser sometida a una revisión rigurosa por parte de organismos de la sociedad civil y grupos de intelectuales, porque ¿qué prisa llevan? Después de diez años de presencia militar en las calles de México, bien pueden esperar a la aprobación o desaprobación ciudadana ¿Se están preparando para actuar en contra de manifestaciones por los resultados de las elecciones del 2018?, es una pregunta.
La experiencia a través de la historia ha sido y será, que militarizar a un país es exponerlo a un golpe de estado, a una dictadura, así lo han vivido en Argentina, Chile e incluso México con la presencia del general Porfirio Díaz por más de 30 años en el poder.
La administración encabezada por Peña Nieto no ha dado muestras de inteligencia en el manejo del país, las consecuencias las estamos viviendo: la crisis económica, la inseguridad y la peor crisis en más de cien años en la política exterior.
¿Cómo pretenden que se les apruebe una ley elaborada al vapor, respondiendo a circunstancias atípicas generadas desde el gobierno de Felipe Calderón y Peña Nieto y que implica atentar contra los derechos humanos de las y los mexicanos?
Si un poco de sentido común tienen ambas cámaras rechazarán aprobar este documento mal redactado y con alcances ilimitados para las fuerzas castrenses del país.
FIESTA A ENRIQUE CÁRDENAS
Con motivo de sus noventa años todos los familiares del ex gobernador Enrique Cárdenas se reunirán para celebrarlo este sábado.
Ahí no habrá distingos de partidos políticos, habrá representantes de Acción Nacional, del PRI y de Movimiento Ciudadano. La familia Cárdenas en Tamaulipas ha dado muestras exitosas de pluralidad política.
Ellas y ellos no han puesto los huevos en una sola canasta, la han jugado con distintas corrientes y les ha ido muy bien.
Ahora veremos si se suben al carro de Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, porque Andrés Manuel López Obrador lleva la delantera por la presidencial y a ellos no les gusta quedarse fuera de la repartición del pastel político.
Pues bien, felicidades anticipadas a don Enrique.
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