Andamos previos a los informes, el federal, con anuncio de Enrique Peña Nieto de que planea enviar un mensaje con audiencia seleccionada y selecta, no vaya a ser que se le cuelen los que andan buscando las comillas perdidas de su tesis de licenciatura y le armen un San Quintín en plena lectura vía teleprompter.
Asimismo está pasando en Tamaulipas donde los preparativos para dar el final, final, de una administración estatal que se recordará por los siglos de los siglos no por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer en materia de combate a la inseguridad, a la violencia, a la pobreza y al desempleo.
Para muestra de ello, lo sucedido apenas este jueves en Miguel Alemán, un grupo de hombres armados que andaban disfrutando del calor fronterizo fueron encontrados por el Grupo de Fuerza Tamaulipas. Así, casual, como ocurren los enfrentamientos en esta entidad norestense se liaron a balazos, con cinco policías heridos y un civil que ni la debe, ni la teme en el tema de los grupos que andan como Pedro por su casa cargando tal cantidad de armamento que hasta los llamados terroristas de ISIS envidiarían.
En esa misma tónica estarán las y los 43 alcaldes que están próximos a irse con sus maletas a otra parte, sobre todo aquellos que dejan sus ayuntamientos en manos de partidos distintos a los que las y los postularon, pues, ¿con qué cara se quedarán en sus terruños si no supieron defender su parcela de poder el pasado cinco de junio?
Y en cuanto al Partido Acción Nacional, la foto distribuida en los medios de comunicación del mandatario electo Francisco García Cabeza de Vaca sonriendo orgulloso en su salutación al priista Enrique Peña Nieto nos muestra que la canción de Timbiriche está más vigente que nunca: “Tú y yo somos uno mismo”. Al matamorense-texano se le notaba la emoción de saludar a quien no se sabe si va o viene en eso de gobernar al país, porque no da una.
Y tan no la da, que precisamente el jueves salió José Antonio Meade, secretario de Sedesol, a desmentir que lo enviarán a dirigir la Secretaría de Hacienda, recordemos este hombre estaba en la Secretaría de Relaciones Exteriores, luego lo volvieron experto en Desarrollo Social y ahora volvería a su nicho original a las finanzas nacionales, cargo que ocupó con Felipe Calderón donde se desempeñó como Secretario de Energía y de Hacienda.
En pocas palabras, es un todólogo y sin prejuicios de colores partidistas, hoy es priista, antes panista y luego, pues a ver qué. El desmentido de Meade pareciera su antesala a la candidatura del PRI por la presidencia, porque de acuerdo a los malquerientes del hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, el más visible perseguidor de la estafeta tricolor para el 2018, lo desaparecerían del mapa político. Ese fue el rumor que hasta ayer se “ignoraba” de dónde salió.
Volviendo otra vez a Tamaulipas, el secreto mejor guardado es cómo estará integrado el primer gabinete panista, el único que ya sabemos y que posiblemente sea el secretario de Gobierno es César Verástegui, se barajan nombres para Cultura y mencionan a varias mujeres, entre ellas a la senadora suplente de Cabeza de Vaca, (a quien le serviría el cargo para que la conozcan en Tamaulipas), Sandra García, también nombran a Luz Irene Alzaga y a Lydia Madero, muuy cercana a Margarita Zavala, quien deshoja la margarita, precisamente, en busca de la candidatura panista a la silla presidencial.
De ahí en fuera no se sabe nada más, la incertidumbre mantiene en la zozobra a quienes esperan camuflarse para continuar viviendo del erario, porque vivir fuera del presupuesto (público) es vivir en el error. Máxima repetida hasta el cansancio, especialmente por los priistas.
Me dio gusto conocer a una señora, ex regidora panista que ahora ocupará otra vez ese cargo pero por Movimiento Ciudadano en Ciudad Victoria, Miroslava Escalante, quien rememora cuando el Partido Acción Nacional era lo que hoy es MC, una organización política en ciernes, que espera colocarse en el corazón de los tamaulipecos y lograr alcaldías en el 2018.
Lo narrado en los párrafos anteriores es el ambiente que se vive en Tamaulipas previo al adiós del PRI en la gubernatura. 86 años son muchos como para no darse cuenta de que el trabajo realizado al frente de esta entidad no reunía los requisitos necesarios para seguir manteniéndose en el poder.
Pues bien, ¡que vengan los informes!
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