Mientras que en México pocas personas estaban al pendiente de lo que hace Mexicali en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas, en Estados Unidos dos figuras del beisbol siguen paso a paso los resultados del equipo cachanilla que ya está en la final internacional.
¿Los nombres? Luis Ignacio Ayala, pitcher de los Yanquis, y Adrián González, líder de bateo y productor de la Liga Americana con los Medias Rojas de Boston.
El primero invitó a los chamacos a un partido en Nueva York este jueves y el segundo tuvo una charla telefónica con ellos antes del partido que dramáticamente le ganaron a Venezuela 2-1 en nueve entradas.
Que Ayala y Adrián, dos deportistas cuyas agendas están al tope, se tomen tiempo para ver los juegos de los chamacos y arengarlos, habla de la importancia mediática del evento.
El año pasado, Jaime García hizo lo propio al llamar desde San Luis a la delegación de Nuevo Laredo que representaba a México en este torneo que para los medios de comunicación nacional pasa casi desapercibido, pero que es oro molido para las grandes cadenas norteamericanas.
Y esto se debe a que los directivos mexicanos no tienen la visión para vender un producto tan rentable como son las Ligas Pequeñas.
Es cierto, la mayoría de los que trabajan en pro del beisbol infantil son voluntarios, pero en Estados Unidos pasa lo mismo y de todos modos saben conseguir recursos -e invertirlos bien- para sacar esto adelante.
Hacen tan bien su trabajo que el mismo Congreso de los Estados Unidos determina una cantidad anual para el programa de Williamsport. El complejo deportivo es espectacular y sería le envidia de cualquier organización privada.
¿Y en México?
Los directivos son amateurs y se comportan como tales, echando grilla y manteniendo las cosas en los oscurito. Mientras menos se hable de ellos mejor, porque son proclives a equivocarse y tienen la piel muy delgada.
Un ejemplo claro fue el nacional de 2010 en Monterrey, cuando estuvieron a punto de quedarse sin parques para la segunda ronda del torneo porque los directivos de San Nicolás y Las Puentes se negaron a prestarlos.
La razón de los nicolaitas fue que un directivo de distrito los confundió con las reglas de clasificación y al final Las Puentes quedó eliminado cuando unas horas antes hasta habían anunciado el juego del día siguiente.
Este 2011 Mexicali les dio una muestra de organización, pero de todos modos no pasó de ser un evento local.
Algo tiene que hacerse a nivel nacional en las Ligas Pequeñas de México porque no es posible que los nacionales pasen desapercibidos y que la gente se meta a una Serie Mundial sólo cuando el equipo hace un buen trabajo.
Les falta mucho y lo peor no es eso, sino que sigan dormidos en sus laureles.
Por lo pronto este sábado a mediodía, México se juega el pase a la final, final, y estoy seguro que -ahora sí- millones de mexicanos estarán tras sus televisores apoyando con todo.
Es lo menos que podemos hacer por estos chamacos que juegan por amor al arte.
Discussion about this post