Los funcionarios cercanos a Felipe Calderón Hinojosa consideran injusto que una mentira repetida mil veces ya se convirtió en verdad: que el único culpable de toda la violencia en México y los más de 50 mil muertos es el presidente de México.
Pero a ellos mismos se les olvida que Calderón Hinojosa llegó a Los Pinos con otra mentira repetida millones de veces a través de spots de televisión pagados con dinero público en 2006: que Andrés Manuel López Obrador no debía ganar las elecciones, porque era un peligro para México.
La diferencia es que antes de las elecciones de 2006 la inseguridad en México no estaba en los niveles de ahora, pero iba en creciente aumento, por los errores en la estrategia de combatir al narcotráfico por parte del entonces mandatario Vicente Fox Quesada.
Y si a alguien los panistas deben culpar de que a Calderón Hinojosa se le culpe de todas las desgracias que padece México en tema de inseguridad, es al mismo Fox Quesada, quien dejó en manos de su antecesor esta papa caliente que tiene al país entre los más peligrosos del mundo.
El presidente tiene algo de culpa, no toda, pero en la opinión de los mexicanos a través de sondeos y encuestas, el michoacano es el responsable de que México esté convertido en un campo de batalla y sea una tumba clandestina de norte a sur y de oriente a poniente, con miles de desaparecidos inocentes.
Si a unos meses de las elecciones de julio de 2006 los estrategas electorales del entonces candidato del PAN a la presidencia taladraron con spots el cerebro de los mexicanos para venderles una mentira, la supuesta peligrosidad del “Peje”, ahora otra mentira –a medias– podría sacar al PAN de Los Pinos.
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