La implacable historia, para unos buena, para otros mala, se escribió hace unos días con el triunfo del partido blanquiazul, teniendo como grandes triunfadores a Francisco G. Cabeza de Vaca y a Maqui Ortiz.
No hay para donde hacerse, la decisión es inapelable, no sé dónde ni como el desgobernador tamaulipeco maniobró para sacar la elección -en contra- del partido que lo postuló, se llevó casi seis años destruir al PRI, pero lo logró con creces. El esfuerzo no fue vano, todo el estado se pintó de azul.
Ahora no podemos culpar a nadie más de tan épica victoria, es el primer gobernador del partido Acción Nacional y es el primer gobernador tamaulipeco oriundo de Reynosa, bueno hace muchísimos años hubo otro llamado Marte R. Gómez, así que de los tiempos modernos Francisco García, es gobernador reynosense y yo personalmente, espero que esto redunde en algún beneficio para la mayor ciudad tamaulipeca y de hecho para todo el estado que bien lo necesita.
El reto es enorme, no fácil pues las cosas se han magnificado de hecho y de palabra, donde los malos requieren de tratamientos especiales y directos para controlar lo ahora descontrolado, la votación ya pasó, aunque no es de mi partido debemos apoyarle todos, porque si apoyando al gobernador ya ven como nos ha ido con Egidio, no apoyándole ¿cómo nos irá?
Pensémoslo, no se trata sólo de una gubernatura ni de un estado, se trata de nosotros, que buscamos paz y seguridad que generará desarrollo, regresar a la tranquilidad para propios y extraños es necesario, es prioridad, nada puede crecer en la anarquía y eso es lo que tenemos.
Por lo pronto, el crecimiento de la ciudad otrora incontenible, debemos buscarle para que regrese el circulante a fluir y la crisis que hoy se padece quede en el olvido ante la productividad y el progreso mucho me alegrará verlo. Espero lograr y ver renacer la alegría de los tamaulipecos.
Quienes perdimos habremos de esperar para retomar nuestros ideales, que son buenos aunque hayan sido malinterpretados por algunos, se trata de servir, no de servirse.
Luchemos entonces por un Reynosa próspero y un Tamaulipas metido de lleno en el crecimiento de México. Aunque casi ¡me cuelgo de la liana de la cabeza!