Como si no hubiese existido…
Unas semanas atrás, era el jefe, el líder de la manada tricolor, el líder moral del priismo en Nuevo León y de un plumazo fue borrado.
El nombre del ex gobernador Rodrigo Medina fue desaparecido. Nadie lo mencionó, ni como referencia a trabajos de coordinación estado-municipio, colaboración, respaldo. Nada.
De los panistas, habría sido ilusorio pensar que lo mencionaran, por el escabroso camino que tuvo que recorrer Medina antes de irse por una puerta lateral al final de su administración.
Su última aparición pública había sido en el Congreso, el 4 de octubre, cuando entregó la estafeta a un bronco llamado Jaime Rodríguez, otro priista que ya no lo era, y hasta dijo “vomitar” a los tricolores.
En esa ocasión Rodríguez le tupió duro.
“Se les acabó la fiesta los bandidos”, advirtió el bronco “Bronco”.
Más que una indirecta fue un peñascazo en pleno rostro para el otrora ejecutivo estatal.
Y tuvo que irse con ese señalamiento sin oportunidad de rebatir, o esquivar el impacto.
Su esposa Greta, la discretísima Greta, una horas antes avisaba a su grupo de contactos en redes sociales que pondrían tierra de por medio con Monterrey.
Y así fue…
Pero de los priistas que el viernes pasado dejaron las alcaldías, por cortesía, una mención no habría estado de más, de haberlo considerado prudente. Pero no.
Ni Raymundo Flores, el de Apodaca, ni César Cavazos, en Escobedo, ni César Garza, en Cd. Guadalupe lo tenían en sus discursos de salida. En algún mensaje de improvisación, menos. ¡Ni por no dejar, vaya!
Y los que llegaron a tomar posesión, Óscar Cantú en Apodaca; Clara Luz en Escobedo, otra vez, y Paco Cienfuegos en Guadalupe, tampoco lo mencionaron.
En Monterrey, Adrián de la Garza, ex procurador de Justicia con Medina, no halló un resquicio para meter a éste en su mensaje de toma de posesión.
Y menos, teniendo de invitado en su asunción al actual gobernador.
Rodríguez Calderón bajó de la escalinata del segundo nivel escoltado por Margarita Arellanes y De la Garza.
Los munícipes entrante y saliente y el gobernador llegaron juntos al estrado, desactivando alguna posible protesta en el ambiente.
De quien haya sido la cortesía, acertó.
Eso sí, los tres agradecieron los aplausos de bienvenida como propios.
Aunque ya cuando le tocó hablar a la señora presidenta municipal saliente, se llevó un sonoro abucheo de los bravos simpatizantes del entrante.
Protestas y gritos que de inmediato fueron acallados por el personal contratado exprofeso.
El proceso de mensaje de despedida-toma de posesión fue tenso, contra lo que pudiese haberse esperado.
Rodríguez Calderón le puso la pimienta al saludar con un ¿Cómo están? a los asistentes al evento y comenzar preguntando cuántos de los presentes usaban el Facebook y dando los horarios en que él atiende esta red social e invitarlos a que lo contactaran… a las 6 am.
No fue tan tenso como cuando días antes, en Mederos, ante el Consejo Universitario, sugirió que los universitarios se quitaran “el gorrito” y fuese menos ceremonioso este tipo de actos protocolarios en que portan toga y birrete galardonados, miembros del Consejo o graduados.
Como que quiso romper el hielo y no pareció hacerles mucha gracia, así viniese el comentario del gobernador. Un hombre sin filtros en su expresión, que dice las cosas como va, como las siente.
Y esa noche se lo dijo al nuevo alcalde regio. Como sugerencia, le pidió que ojalá hiciera como el Estado, de no entablar convenios con las televisoras locales para no gastar el dinero que necesitaba “la gente de allá atrás” para obras y desarrollo social.
A falta de una toma de posesión estatal, los tricolores, senadores, diputados federales, locales, representantes del gobierno federal y priistas en general se conformaron con estar esa noche en Apodaca, Escobedo, Guadalupe y Monterrey.
La senadoras Cristina Díaz, Ivonne Álvarez y Marcela Guerra, derrochando glamour o ex gobernadores y ex procuradores como Sócrates Rizzo o Luis Carlos Treviño Berchelman o ex legisladores como Héctor Gutiérrez de la Garza, actual presidente del Instituto de Infraestructura Física Educativa de la SEP, que recibió la encomienda de Raymundo Flores de agradecerle al presidente Peña Nieto todo el apoyo para Apodaca.
Hasta el presidente se llevó una discreta ovación.
Pero de Medina… ni su nombre. Nada.
Los suyos no sólo lo borran, ni lo mencionan.
Al dejar el poder se convirtió en el innombrable…
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