Es increíble cómo las noticias sobre la lucha de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educacción (CNTE), que es la disidencia del sindicato magisterial en México, produce dos enfoques muy distintos: a) de desorden, anarquía, vanadalismo, corrupción de los líderes y abuso de poder, y b) de legítima defensa de sus intereses y de injusticia contra sus dirigentes que han sido encarcelados en el penal de una ciudad muy lejana de Oaxaca.
El enfoque general de los medios masivos está matizado por las declaraciones de las autoridades federales, en especial del Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, que no baja de mentirosos y manipuladores a los ahora presos en Hermosillo, y ahora por los representantes de las instancias judiciales, a fin de acreditar los delitos de los más encrespados guías de la revuelta en contra de la Reforma Educativa.
En ese enfoque destaca el énfasis de las millonarias cuentas de que se han hecho los que encabezan la oposición al gobierno en el terreno educativo, y los delitos que se les imputan como el robo de los libros de texto gratuito. Pero sobresale también la forma en que los medios masivos presentan las noticias incisivas de estos grupos que, a la luz de la opinión pública, atentan contra terceros y sus derechos humanos, bloquean el libre paso de conductores en avenidas principales de algunas ciudades y en carreteras, además de atacar e incendiar edificios públicos o dependencias de la SEP e inclusive del Instituto Nacional Electoral.
Es el enfoque negativo que hace que el sentido común repruebe tales comportamientos y dude si se trata de verdaderos maestros que no desean superarse, o si hay infiltración de políticos perniciosos que están aprovechando su situación para llevar agua a su molino y ganar un plus en sus particulares intereses. Porque, en efecto, no es posible aplaudir una lucha con métodos tan destructivos y que se salen de cauce a la hora del diálogo y la negociación, por la que no optan con miras a prolongar los desmanes durante meses e inclusive años.
El otro enfoque es el de los defensores de la CNTE que aplauden su resistencia poder de convocatoria para doblegar a las autoridades y hacer ver la otra cara que ellos creen es la verdadera de la Reforma Educativa, consistente en una serie de consecuencias que afectarán su trabajo, sus ingresos, su futuro y la imposición de líderes afines al gobierno federal, por lo cual no aceptan que los exámenes a los maestros formen parte de un plan de superación académica y de méritos para ascender en el escalafón.
Y, claro, hay quien piensa que si solamente escuchamos al gobierno hay que tomar en cuenta lo bueno que es para decir mentiras y fabricar pruebas que hundan a un opositor perruno, lo que no hace con los de su propia clase cuando es encontrado en flagrante corrupción o es acusado de abuso de autoridades y dispendio de los recursos encomendados a su cuidado.
Lo único que ahora sí en estas noticias tiene todos los visos de oportunismo es la presencia de Andrés Manuel López Obrador. Porque ya sabemos que sigue en campaña y cualquier ocasión le es propicia para no dejar de salir en los medios masivos. Por lo demás, cada quien apéguese al enfoque que quiera en este encontronazo de los que se dicen técnicos contra aquellos a los que esos mismos técnicos califican de rudos. ¿Usted a quién le va?…